España incumplió, una vez más, el objetivo de déficit fijado por Bruselas para 2015, tras cerrar con un agujero fiscal del 5% del PIB, lejos, por tanto, del 4,2% comprometido. El plan inicial era que este año el déficit cayera al 2,8%, pero, debido a ese desvío, Bruselas ha cedido de nuevo a las pretensiones del Gobierno, suavizando así el objetivo hasta situarlo en el 3,7%.
Sin embargo, mucho tendrán que cambiar las cosas de aquí al cierre del ejercicio para alcanzar dicho pronóstico, puesto que en los primeros meses de 2016 el descuadre presupuestario se ha mantenido intacto. Las últimas previsiones del Banco de España, por ejemplo, avanzan que el déficit se situará en el 4,1% este año, por encima del 3,7% permitido por Bruselas, al tiempo que retrasa un año, hasta 2018, su reducción por debajo del umbral del 3% del PIB.
Pero incluso el Banco de España se quedaría corto a la vista de cómo están evolucionando las cuentas públicas en realidad. Así, el déficit consolidado de las Administraciones Públicas, excluyendo a las corporaciones locales, alcanzó los 8.918 millones de euros en el primer trimestre del año, una cifra equivalente 0,8% del PIB. ¿Mucho o poco? Un descuadre casi idéntico al registrado en el mismo período de 2015. Es decir, España no ha logrado reducir en nada el déficit durante el último año.
De mantenerse este ritmo, por tanto, se repetiría el déficit del 5% en 2016. En concreto, según refleja la ejecución presupuestaria, el déficit apenas se ha reducido un 0,1% interanual hasta marzo. Y esta imperceptible mejora se debe, simplemente, al incremento del PIB. De hecho, el déficit acumulado en términos absolutos no sólo no baja, sino que aumenta en 696 millones de euros en comparación con el registrado en el primer trimestre de 2015.
Si se extrapolan estos resultados al resto del año, el agujero fiscal oscilaría entre el 4,9% y el 5,1% del PIB. El peor caso se calcula ajustando por un gasto extraordinario en 2015 derivado de la devolución de la paga extra a funcionarios y por un superávit de las Corporaciones Locales que no fuera el del pasado año sino inferior, en línea con la evolución de 2014 a 2015.
En cualquier caso, y con mejor o peor escenario, lo grave es que, al ritmo actual, el déficit se situaría cerca del 5%, muy por encima del objetivo admitido por Bruselas del 3,7%. Es decir, un desvío superior al 35%.
Por tipo de administración, y a falta de conocer los datos de las Corporaciones Locales, tanto la Administración Central como las Comunidades Autónomas y la Seguridad se alejan de su objetivo en 2016.
Mientras la Administración Central debería reducir su déficit en un 0,7%, la evolución experimentada hasta la fecha apenas indica una mejora del 0,2%. Esa desviación de medio punto es similar en la Seguridad Social, que está reduciendo su superávit debido a un aumento de los gastos por encima del incremento de los ingresos.
En cuanto a las Comunidades Autónomas, su desviación es aún superior, hasta un 0,8%. Según el Ministerio de Hacienda y en relación al gasto, es significativo el aumento en Andalucía, con 242 millones de euros más que en el primer trimestre de 2015, y en Madrid, con 224 millones extra. No obstante, estos datos sirven tan solo como referencia, dado que su cómputo se realizará al cierre del año.
En definitiva, a falta de conocer los datos de las Corporaciones Locales, la probabilidad de alcanzar el objetivo del 3,7% en 2016 se antoja, por el momento, muy improbable. Mucho deberían mejorar las cuentas en los próximos meses para reducir sensiblemente el déficit, y el problema es que nada apunta a dicha corrección. Es más, lejos de una mejora, la ejecución del Estado hasta abril anticipa un alejamiento del objetivo todavía mayor, tras presentar un déficit incluso superior al registrado en el mismo período de 2015.