Las 21.000 farmacias españolas llevan décadas blindadas y, por ello, las recientes recomendaciones de la CNMC para liberalizarlas han levantado ampollas. Los argumentos en contra: posibles problemas de abastecimiento y acceso (cerrarán farmacias y faltarán medicinas), de calidad (peor atención) y de abuso (automedicación). Incluso usando el sofisma: "Apoyar la liberalización es estar en contra de la salud". Nada nuevo para los liberales y, afortunadamente, rebatible.
No es cierto que se den problemas de acceso
¿Por qué no puede un farmacéutico abrir una farmacia donde quiera? Nos dicen que desaparecerían farmacias, especialmente, las rurales. Pero la lógica es que si ya existe una farmacia en el pueblo, ésta seguiría. La experiencia así lo confirma: en Navarra se duplicó su número tras la liberalización.
También la experiencia en Inglaterra, Holanda, Suecia o Noruega fue un incremento en el número de farmacias y, si bien se concentró en las zonas urbanas, también aumentaron en las zonas rurales. De hecho, no se dieron casos de cierres en áreas remotas de Noruega o Suecia. Respecto al desabastecimiento, la liberalización nunca ha sido la causa del problema, siendo el tiempo de reposición, tanto en países regulados como liberalizados, de unas 24 horas.
No es cierto que se den problemas de calidad
¿Por qué más farmacias implicarían menor calidad? No hay ninguna razón lógica para ello. Decir esto es, además, un insulto a los miles de farmacéuticos que podrían trabajar o trabajan en el sector (porque se crearía más empleo, no lo duden).
¿Por qué el propietario debe ser farmacéutico? Si a estas alturas nadie cuestiona que alguien que no sea médico puede invertir en un hospital, ¿por qué no puede invertir quien quiera en una farmacia y tener a un farmacéutico a cargo? La realidad es que la calidad de los servicios farmacéuticos es tan alta en países regulados como en los que no, y es atribuible a la calidad de los farmacéuticos y su concienciación como profesionales sanitarios.
No es cierto que incremente la automedicación
¿Por qué está prohibida la venta de productos sin receta (OTC) en otros establecimientos? Hace 25 años no se podía comprar leche infantil fuera del canal farmacéutico: "La salud de nuestros hijos es demasiado importante", ¿Les suena? Decir que no pueden venderse porque si se abusa son peligrosos es tratarnos como a niños. Ya existen multitud de productos que, mal usados, son peligrosos y los encontramos en cualquier tienda.
De hecho, en España, desde hace meses, se pueden vender OTC online, pero sólo si hay una farmacia detrás. Es otro sin sentido que no dejen a cualquier farmacéutico poder tener su farmacia online.
En otros países está permitida la venta fuera de farmacias, por ejemplo en Portugal, donde no hay ningún problema sanitario ni los portugueses van por las calles intoxicados de paracetamol. Incluso en algunos países, como Inglaterra, ya es posible la venta online de medicamentos con receta, donde médicos y farmacéuticos controlan el proceso, facilitando mucho la vida a los pacientes crónicos, de zonas rurales o simplemente a quienes prefieren recibir su medicación en casa.
Como conclusión, tenemos un oligopolio sin que exista ningún argumento justificable distinto al mantenimiento del mismo. En los últimos años, las caídas en ventas, la reducción de márgenes y precios o la entrada de genéricos han hecho que la venta libre sea cada vez más importante. Por fortuna, muchos farmacéuticos con visión emprendedora se han modernizado, compitiendo con otros canales, sabiendo que en un sistema libre quedarán los que atiendan mejor a sus pacientes y ofrezcan mejores servicios.
Es el Estado quien erradica cualquier aire de libre mercado. El Estado, a cambio de su favor, controla el sistema y sus costes, haciendo y deshaciendo, como hemos visto cuando, sin tener ningún reparo, no paga a las farmacias. Porque cabe recordar que "Un gobierno que es suficientemente grande para darte todo lo que quieres, también lo es para quitártelo".