La economía española ha logrado sortear con nota la incertidumbre política de estos últimos meses, tal y como refleja el último informe de UFM Market Trends. La ausencia de Gobierno no ha dañado el crecimiento ni la creación de empleo y, aunque la entrada de inversión extranjera se ha frenado, está lejos de ser alarmante.
La situación, sin embrago, podría cambiar el próximo 26 de junio en función del resultado electoral que arrojen las urnas. Los grandes inversores internacionales aplauden las reformas emprendidas en España y confían en el buen tono de la economía nacional a corto y medio plazo, pero temen que el auge de Podemos frene o acabe revirtiendo esta positiva dinámica. No es de extrañar, por tanto, que el prestigioso banco de inversión alemán Berenberg dedique su último gráfico semanal a las últimas encuestas electorales en España.
Bajo el clarificador título "el riesgo en España", el gráfico en cuestión recoge los últimos datos en intención de voto de los cuatros grandes partidos en liza, incluyendo la reciente coalición entre Podemos e IU (Unidos Podemos). Y lo que más preocupa a los analistas es el hecho de que la extrema izquierda, con el 24% de los votos, se sitúa por encima del PSOE (21%).
El contexto político "plantea el mayor riesgo para la perspectiva de un crecimiento estable este año". Más allá de referéndum británico sobre la pertenencia a la UE del próximo 23 de junio, estos expertos señalan que "también tenemos que mantener la vista puesta en la repetición de las elecciones en España del 26 de junio".
Aunque las encuestas no avanzan grandes cambios con respecto a los resultados del pasado 20 de diciembre, la coalición de Unidos Podemos les permitirá ganar cerca de 10 escaños, abriendo así la puerta al temido sorpasso al PSOE. Desde Berenberg se descarta, por el momento, una alianza entre Podemos y PSOE para formar gobierno, ya que el ambas formaciones presentan marcadas diferencias respecto a ciertos temas como, por ejemplo, el referéndum catalán.
Así pues, a menos que PP y Ciudadanos obtengan mayoría suficiente para gobernar, la solución "más probable" sería alcanzar algún tipo de acuerdo entre populares y socialistas, en cuyo caso es muy posible que se exija a cambio la cabeza de Mariano Rajoy.
Este escenario sería bien visto por los inversores, ya que cualquier coalición que incluya a PP y Ciudadadanos implicaría la aprobación de "políticas razonables". Un gobierno de extrema izquierda, por el contrario, "poco probable, pero no imposible", podría "revertir algunas de las reformas que han convertido a España en uno de las economías con mayor crecimiento de Europa". Y añaden: "Eso sería malo para España".
Pese a ello, Berenberg confía en que, tal y como ha sucedido en Portugal, un gobierno de Podemos y PSOE acabaría evitando una confrontación directa con Bruselas, a diferencia de lo ocurrido en Grecia en 2015, puesto que "el respaldo al euro sigue siendo fuerte" entre los españoles, eludiendo con ello el estallido de una nueva crisis. Aún así, el principal riesgo para los analistas es político y tiene color morado: se llama Podemos.
El BCE alerta del auge de los populismos
Este problema no es exclusivo de España. El Banco Central Europeo (BCE) advertía esta misma semana del creciente apoyo que estaban recabando en las urnas los partidos populistas en varios países europeos. En su último informe de estabilidad financiera, el BCE señala que el apoyo al populismo puede retrasar "las muy necesarias reformas fiscales y estructurales", generando de nuevo presiones en la deuda soberana de los países más vulnerables.
Dentro de esta peligrosa corriente se encuadran diversas formaciones que o bien son contrarias a las reformas y a los ajustes y/o abogan por la salida de la UE y el euro, entre las que destacan, además de Podemos, Alternativa para Alemania (Alternative für Deutschland: AfD); el Partido Finlandés (Perussuomalaiset) en Finlandia; el Frente Nacional (Front National: FN) en Francia; Syriza, el Independiente y los nazis de Amanecer Dorado en Grecia; el Movimiento Cinco Estrellas (Movimento 5 Stelle: M5S), la Liga Norte (Lega Nord:LN) y Forza Italia (Forza Italia: FI) en Italia; el Partido para la Libertad (Partij voor de Vrijheid: PVV) en Holanda; el Partido Libre de Austria (Freiheitliche Partei Österreichs: FPÖ); o el United Kingdom Independence Party (UK IP) en Reino Unido, entre algunos otros.
Tras los avances estructurales que han registrado, en mayor o menor medida, los países más golpeados por la crisis a lo largo de los últimos años, el riesgo político se ha disparado en media Europa, siendo España uno de los países más afectados, tal y como muestra el siguiente gráfico.
Según las simulaciones elaboradas por el BCE, "un nuevo impacto macroeconómico puede desafiar la sostenilidad de las finanzas públicas de algunos países de la zona del euro", y el problema aquí es que España soporta hoy el segundo mayor servicio de la deuda (porcentaje de PIB destinado al pago de intereses y refinanciaciones) de la zona euro, con casi un 20% del PIB, tan sólo superado por Italia.
Las laxa política monetaria del BCE y su programa de compra de bonos ha logrado aliviar la presión (prima de riesgo) sobre los países más vulnerables, pero el BCE alerta de que las deudas soberanas de menor calidad crediticia, entre las que se encuentra España (ver el siguiente gráfico), se exponen a "repentinas reversiones" en caso de que la evolución económica o la intensidad de las reformas se frene.
El ascenso político de Podemos acrecienta, por tanto, el riesgo de una nueva crisis en España.