Finales del año 2013. Los venezolanos comienzan a experimentar los problemas relacionados con el desabastecimiento y la escasez de productos básicos en tiendas y supermercados debido al colapso de su estructura productiva y las fuertes restricciones monetarias que impone el régimen para acceder a divisas y, de este modo, poder importar bienes procedentes del extranjero.
Es en este particular contexto en el que el periódico venezolano Correo del Orinoco entrevista a Íñigo Errejón, poco antes de que diera el salto a la política de la mano de su amigo Pablo Iglesias mediante el surgimiento de Podemos. Errejón, entrevistado en calidad de politólogo y asesor del régimen chavista, explica por qué se están empezando a producir colas en Venezuela. A continuación, sus tres argumentos al respecto, a cada cual más surrealista…
1. "Hay más dinero"
"Hay más dinero disponible", hay "una democratización del acceso al consumo. Ahora la gente puede consumir más".
"Venezuela es una revolución en libertad, y por lo tanto la gente puede decidir lo que hace. Además, el proceso de transformación en Venezuela le ha dado a la población más herramientas para decidir en lo político; en lo económico le ha dado más dinero. Desmercantilizando necesidades ha liberado renta para otras cosas; al garantizar la educación y la salud, la gente tiene más dinero disponible para dedicarlo a otras cosas, como el consumo. El aumento de la capacidad de consumo es producto de la Revolución Bolivariana".
"Hay un marco interpretativo que trata de asociar colas con burocracia, ineficacia y escasez. Es verdad que con mejor funcionamiento institucional hay menores colas; hay instituciones del Estado que han reducido las colas, pero hay que recordar que en algunos países no hay colas porque no todo el mundo puede. Te vas a un gran almacén y no hay cola porque la gente no puede; hay cosas que están limitadas. Lo que pasa es que siempre ves los anaqueles llenos, a rebosar, y poca gente para la mucha mercancía que hay. Lo que no ves es toda la gente que está en casa, que no tiene plata para hacer demanda". Por ello, agrega, "una contraparte de las colas en Venezuela es, también, la mayor capacidad de acceso al consumo".
"Ya se ha conseguido la democratización del acceso al consumo, pero todavía no se ha conseguido quebrar la ideología del consumo de la sociedad relacionada con la adquisición de más mercancías. Eso no se ha conseguido en ningún sitio. Es muy difícil". Es "una pelea permanente y que nunca se va a ganar del todo, porque la gente va a seguir queriendo adquirir productos que le generen bienestar".
La búsqueda afanosa de televisores se debe, según Errejón, a la asociación con el ascenso social, con el confort que supuestamente implica tener un aparato grande. Analiza que la nevera enfría y preserva la comida, la cocina sirve para cocinar, la lavadora lava la ropa, pero la TV "no satisface una necesidad inmediata". Estima que probablemente es "una necesidad de verse a sí mismos con mayor estatus, pero también con la posibilidad de venta informar, de reventa, con la mentalidad del corto plazo: obtengo el objeto ahora y luego seguro me sirve para algo".
2. "Es algo muy venezolano"
"En Venezuela hay una cultura muy oral: uno, cuando quiere saber cómo se hace algo, no se mete en internet o llama a la institución, sino que pregunta a algún vecino o un amigo. Yo tardé mucho en entenderlo. Las personas salen a la calle y se ponen en cola porque ven a otra gente que está esperando, porque algo hay. Tiene mucho que ver con el uso de la calle y con la relación directa, interpersonal, que es algo muy venezolano".
3. 'Guerra económica'
"Ante la inestabilidad económica provocada se desalientan los planes a largo plazo, y se fomenta planificaciones a costo plazo. Es decir, me quedo con lo que consiga para hoy. Acumulo hoy porque no sé lo que pasará mañana". Eso, añade, tiene que ver "con la percepción de una cierta inestabilidad económica, que no es un fenómeno atmosférico, no cae del cielo, sino que es un fenómeno que tiene que ver con una voluntad declarada, de algunos sectores, que así afirman su poder y erosionan el Gobierno Nacional".
Los sectores oligárquicos "torpedean los gobiernos populares o quieren limitar el alcance de la democracia, y es lo esperable de ellos". La pregunta es "qué no se ha hecho, en una década y media, para que esos sectores todavía estén en capacidad de lanzar una ofensiva".
Analiza que "el ataque del enemigo es esperable en su condición de enemigo", y que la clave es "qué hay del otro lado para construir un poder más sólido". Se trata de "construir un aparato jurídico, institucional y económico que funcione casi solo".
En su opinión, es "hacer lo que ha hecho el neoliberalismo en Europa, pero al revés, porque el neoliberalismo funciona de manera que si la centroizquierda gana las elecciones, el conjunto del aparato tira permanentemente hacia la derecha".