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Un día intentando pagar con el móvil: ¿es tan difícil como parece?

El desconocimiento de los comerciantes sobre el pago a través de teléfono móvil es muy llamativo.

El desconocimiento de los comerciantes sobre el pago a través de teléfono móvil es muy llamativo.
La mayoría de bancos permiten esa opción | Alamy

Si el auge de los teléfonos móviles ha logrado digitalizar objetos tan cotidianos de nuestra vida como la cámara de fotos, el reloj de pulsera, la calculadora o el periódico, no es descabellado pensar que acabe ocurriendo lo mismo con las tarjetas de crédito.

De hecho, si tenemos en cuenta el interés de algunos países europeos por poner coto a los pagos en efectivo, todo apunta a que esta revolución monetaria puede llegar a alcanzar también al dinero contante y sonante.

Dinamarca es el país que más pasos está dando hacia la desaparición del efectivo. Tanto es así que el Gobierno danés ha prohibido los pagos en metálico en las tiendas de ropa, las gasolineras y los restaurantes. Además, el Banco Central de Dinamarca ha decidido dejar de fabricar monedas y billetes. En otros países del norte de Europa, como Suecia, Noruega, Finlandia o Islandia, hasta el artículo con el precio más irrisorio se paga con tarjeta de crédito y ahora también con el teléfono móvil.

En el caso de España, el uso del metálico todavía se resiste a las tarjetas de crédito. ¿Conseguirá el teléfono móvil lo que las tarjetas no han podido cumplir desbancando al efectivo? ¿Es tan fácil pagar con el móvil como nos quieren hacer creer las entidades de crédito y los fabricantes de smartphones? En Libre Mercado vamos a comprobar si es posible dejarse el monedero y la tarjeta de crédito en casa para realizar nuestros pagos habituales con el teléfono móvil. Comienza el día, y empezamos la prueba.

Los requisitos

Para llevar a cabo el experimento, vamos a utilizar un teléfono de la marca china Huawei (sin ostentosidades) y una cuenta de Bankia, aunque podríamos hacerlo con cualquier otra gran entidad financiera. BBVA, Santander, Caixabank y, desde la semana pasada, ING, también ofrecen esta alternativa a sus clientes.

Bankia nos exige únicamente que nuestro dispositivo tenga un sistema operativo Android 4.4 o superior y que cuente con tecnología NFC. Puedes comprobar si tu móvil es apto para realizar este tipo de compra en la pestaña de Ajustes. Entrando en la opción Conexiones Inalámbricas y Redes, verás si tienes NFC y en la de Información del Teléfono, comprobarás tu versión Android. Si todo es correcto, nos descargamos la app Bankia Wallet y entonces, ya podemos empezar a comprar.

¿Que ocurre si tienes un iPhone o un teléfono que no cuenta con tecnología NFC? Pues hay una alternativa que han bautizado como Sticker Bankia Wallet. Se trata de un adhesivo que tienes que solicitar en el banco y que se pega en la parte de atrás del teléfono para realizar el pago.

El banco

Con la aplicación descargada, nos dirigimos a una entidad Bankia para consultar algunas dudas. ¿En qué comercios podemos pagar con el teléfono?, preguntamos como un cliente más. "En realidad en casi todos porque la mayoría de los datáfonos tienen tecnología contactless", nos explica una empleada de la entidad. El contactless es un sistema de comunicación inalámbrica que funciona con sólo acercar la tarjeta de crédito o el móvil al TPV.

La seguridad es otro de los temas que más desconfianza nos genera. "Necesitas un código al entrar en la aplicación y otro para realizar compras superiores a 20 euros, que te exigirán en tienda. Además, si el departamento de seguridad de Bankia detecta operaciones muy repetitivas, por ejemplo, de 19,99 euros, puede bloquear la cuenta", asegura. "También, como estamos todo el día con el teléfono, enseguida te das cuenta de que lo has perdido y lo puedes anular", añade.

La empleada de Bankia nos cuenta que suele pagar con el móvil habitualmente, aunque nos advierte de que "a muchos comerciantes, esto les suena a chino. Cuando voy a pagar con el móvil, hay veces que les parece raro y no se fían".

El metro

Después de este inquietante aviso, nos disponemos a ir al trabajo. Como cada día, usamos el metro para ir a la redacción de Libertad Digital de Madrid. "¿Puedo pagar el billete con el móvil?", consultamos. La taquillera frunce el ceño. "No, aquí no tenemos esa tecnología". Y sí, hemos reservado algo de dinero en efectivo en el bolsillo por si las moscas. Pagamos 1,50 por entrar al suburbano.

Un café, por favor

11 de la mañana, hora del café. Vamos al bar de siempre teléfono en mano. "¿Te puedo pagar el café con leche con el móvil?". El camarero ni se inmuta, "¡claro! Si esto está a la orden del día", responde. Metemos el PIN en la aplicación Bankia Wallet y con sólo acercar el teléfono al terminal de pago, nos cobra 1,25 euros.

Los primeros en pagar en el súper

13:00 horas. Vamos al supermercado de la zona para comprar la comida del día y, así, seguir con el experimento. El local es de la enseña La Plaza, la marca premium de DIA. "¿Es posible abonar el pan y la ensalada con el teléfono", volvemos a preguntar. El vaticinio de la empleada de Bankia se cumple: "No estoy segura, pero creo que no tenemos eso porque siempre hay que pasar la tarjeta", responde la cajera. Aún así, duda y llama a la que parece la encargada.

"Creo que no", afirma la segunda mujer, "pero prueba a ver si pasa la compra y, si no, anulamos el ticket". Acercamos el móvil al datáfono; nos cobran 3,24 euros. "¡Anda! Pues nunca lo habíamos hecho. Eres la primera", exclama una de ellas. La otra prefiere acudir al refranero español para mostrar su asombro: "Nunca te acostarás sin saber una cosa más".

Compras

Cae la tarde y salimos del trabajo. Decidimos coger el coche para ir al Centro Comercial Islazul. Hay que echar gasolina. "30 euros de 95 por favor", pedimos en un gasolinera Cepsa de camino. Seguimos probando nuestro novedoso método de pago. "¿Con el móvil? Ni idea", asegura la responsable de la estación de servicio. Accede a que lo intentemos y volvemos a pagar con el smartphone. "¡Anda!", se sorprende.

Ya de compras, nos queremos hacer con varios artículos en la tienda Hug&Clau… pero sólo contamos con dinero del teléfono. La firma sólo tiene tres tiendas en España y dudamos si estará preparada para aceptar nuestro móvil como medio de pago. La responsable del negocio reconoce que no sabe "si se puede pagar así". Relata que "el otro día, creo que me contaron, que pagó una chica, pero llevaba una pegatina en la parte de atrás del teléfono. Bueno… pon el móvil a ver que pasa". Una vez más, vuelve a funcionar.

La cena

Decidimos intentar comprar unos sandwiches para la cena en la mítica cadena Rodilla. "Quería 4 sandwiches para llevar, por favor. ¿Es posible pagarlos con el móvil?", consultamos. "No", responde tajante el camarero, "lo único que puedes hacer con el móvil es realizar el pedido a través de la app". Insistimos en que nos deje intentarlo. Acepta, pero desconfía de tal manera que se niega a sacar los bocadillos de la vitrina. "Yo primero te lo cobro, y si te deja, entonces ya te lo preparo", avisa. Nos cobra casi 6 euros y nos pide disculpas. "¡Qué fuerte!", exclama.

Termina la prueba, menos en el metro de Madrid, hemos podido pagar sin dificultad en todos los sitios a los que hubiéramos acudido a comprar en un día cualquiera. Independientemente del precio del artículo o del tipo de negocio, cualquier datáfono con contactless acepta el móvil como medio de pago. Lo llamativo del asunto es el desconocimiento de cajeros y comerciantes sobre esta nueva alternativa de pago. Pero la conclusión es que es posible pagar con el móvil y es mucho más fácil de lo que parece.

En Libre Mercado

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