La Ley de Dependencia se aprobó a finales de 2006, pero su implantación se efectuó de forma progresiva, hasta completarse el 1 de julio de 2015, cuando terminaron de incorporarse los dependientes de Grado I (moderados). El resto, los de Grado II (severos) y Grado III (grandes dependientes), se incorporaron en ejercicios anteriores.
Ahora que el sistema ya ha entrado plenamente en vigor, los técnicos del Ministerio de Sanidad han elaborado un informe, el primero de esta naturaleza, para evaluar la evolución y el cumplimiento de la Ley de Dependencia entre 2007 y 2015.
El documento, al que ha tenido accedo Libre Mercado, fue remitido recientemente a las comunidades autónomas, que son las encargadas de gestionar el sistema, pero los gobiernos socialistas han frenado su publicación, según las fuentes consultadas, ya que sus conclusiones tumban buena parte de las críticas que ha recibido la Ley de Dependencia bajo el anterior Gobierno del PP.
Así, según revela dicho estudio, "a lo largo de este proceso de implantación [2007-2015] no sólo se han mantenido las prestaciones y servicios que inicialmente estaban previstas en la ley, sino que la prestación económica de asistente personal, que inicialmente se establecía sólo para el grado III, se ha ampliado en 2012 para todos los grados de dependencia".
El informe analiza, en primer lugar, la evolución de los beneficiarios con derecho a prestación. A fecha de diciembre de 2015, apenas seis meses después de la plena aplicación del sistema, los beneficiarios a los que se le ha reconocido derecho a prestación asciende a un total de 1.180.435 personas, frente a los 1.373.248 que, inicialmente, preveía la Memoria Económica de la Ley. Es decir, el grado de cumplimiento en este ámbito se sitúa en el 86%.
Pero si se analiza los datos en función del grado de dependencia, el estudio revela que los beneficiarios reconocidos de Grado III (349.795 grandes dependientes) supera en casi 100.000 personas a las que preveía la Ley; las de Grado II se mantienen en cifras muy parecidas (449.360 frente las 472.461 estimadas); y sólo las de Grado I, último en incorporarse al sistema, se sitúa por debajo de los cálculos iniciales (381.280 en 2015 beneficiarios frente a los 648.442 previstos).
El relativo incumplimiento en esta materia se debe, pues, a que el Grado I, donde se engloban los dependientes menos graves, acaba de incorporarse plenamente al sistema hace apenas seis meses, de modo que su número irá creciendo de forma progresiva. Sin embargo, los de Grado II y Grado III ascienden a 799.155 beneficiarios, 74.349 más de los previstos (+10%).
Además, los dependientes de Grado II y III que ya están ingresando la correspondiente prestación -existe un período de transición entre que se reconoce el derecho y se hace efectivo- ascienden a 692.832 personas frente a las 724.806 que estimaba la Ley. Dicho de otro modo, el grado de cumplimiento en este ámbito se situaría ya en el 95,59%, según señala el informe de Sanidad:
"El Sistema atiende al 95,59% de los Grados II y III, Grandes Dependientes y Dependientes Severos, muy cerca de las previsiones del 100% para estos Grados previstos en la Memoria Económica de la Ley. En concreto para el Grado III (Grandes Dependientes), el Sistema ya atiende casi al 24% más de los previstos para el año 2015. Por otro lado casi el 80% de las personas previstas en la Memoria Económica de la Ley ya está atendido en el Grado II".
Nivel de atención del sistema
Por otro lado, el número total de beneficiarios con prestación se sitúa en 796.109 a cierre de 2015, casi 60.000 más que en 2011, cuando el PP llegó al Gobierno. Pero, una vez más, cabe recordar que el Grado I sólo se incorporó plenamente desde el 1 de julio de 2015, de modo que para evaluar el nivel de atención real del sistema hay que tener en cuenta los grados y niveles ya consolidados.
Así, en 2015, más del 85% de los dependientes ya recibía prestación frente al 15% que aún estaba pendiente de la concesión en grados y niveles consolidados. Estas cifras contrastan con las existentes en 2008, cuando casi la mitad de los beneficiarios aún estaban pendientes de recibir la prestación, tal y como refleja el siguiente cuadro.
Comparación con Alemania y Austria
Asimismo, el documento señala que en Alemania y Austria, países de la UE con un sistema de dependencia similar al español, el Grado I tiene un mayor peso frente al Grado II y, sobre todo, el Grado III.
En concreto, el peso de los grandes dependientes roza el 30% en España, frente al 12% de Alemania y el 16% de Austria; el número de dependientes severos representa el 38% del total frente al 31% de Alemania y Austria; mientras que los dependientes moderados se sitúan en el 32%, en comparación con el 56% de Alemania y el 51,5% de Austria. España presta, pues, una mayor atención relativa a los dependientes más graves.
De los casi 800.000 beneficiarios con prestación, el 34% son hombres, el 66% mujeres y el 72% tiene más de 65 años. En concreto, el 22,7% son menores de 65, el 17% tiene entre 65 y 79 años, y el 55% son mayores de 80.