Si hay una tarea complicada a la que tendrá que hacer frente el próximo Gobierno, ésa es la reforma del sistema de financiación autonómica. El objetivo es poner de acuerdo a los 17 ejecutivos regionales y evitar que se utilice lo que debería ser una cuestión técnica (cómo repartir los impuestos de forma más o menos equilibrada) para enfrentar a los ciudadanos españoles con el "Madrid o Barcelona o Extremadura nos roba".
Este lunes, Ángel de la Fuente, director ejecutivo de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), ha presentado su propuesta. Y no es un documento más. Hay que recordar que De la Fuente fue el encargado por parte del Ministerio de Hacienda para que publicase en 2014 las balanzas fiscales de las regiones. Estamos ante el mayor experto de España en la materia; un estudioso que, además, no genera rechazo en ninguno de los dos grandes partidos. No sabemos qué forma tomará el nuevo sistema (si es que logra ser aprobado) pero esta propuesta será, seguro, una de las que estarán sobre la mesa al comienzo de las negociaciones.
¿Y en qué consiste? Pues el informe, titulado "La reforma del sistema de financiación de las comunidades autónomas de régimen común: una propuesta específica", apuesta por un modelo más sencillo y en el que las comunidades autónomas tengan más capacidad de decisión sobre sus ingresos fiscales. Lo hace, además, con una novedad llamativa, que hasta ahora no se había planteado: la posibilidad de que sean los ejecutivos regionales los que fijen, de forma colegiada, los tipos de IVA e Impuestos Especiales que se aplicarán en toda España. Es decir, no es que vaya a haber diferentes tramos de estos tributos según en qué autonomía nos encontremos: todos pagaremos los mismos porcentajes, pero la capacidad normativa estaría en manos de las regiones que, eso sí, tendrían que ponerse de acuerdo y asumir el coste de la decisión.
Los dos fondos
La reforma de De la Fuente gira alrededor de los dos nuevos fondos que quiere crear para sustituir a la "maraña" que existe actualmente. Y es cierto que el actual modelo, nacido durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en una negociación bilateral con Esquerra Republicana (ERC) nunca ha dejado contento a casi nadie. Es complicado, confuso y está sujeto a un constante cuestionamiento.
El director de Fedea pide un sistema más sencillo:
- Crear un Fondo Básico (FB) que sustituya al actual Fondo de Garantía. Este FB se financiaría con el tramo autonómico del IVA y los impuestos especiales, junto con una contribución de las CCAA equivalente al 60% de sus ingresos tributarios directos (por ejemplo, el tramo autonómico del IRPF). El reparto se haría en función de la población ajustada de cada región: ésta es una ratio que, partiendo de la población total, hace algunos ajustes en función de variables como la población en edad escolar, el número de jubilados o la dispersión geográfica.
- En segundo lugar, De la Fuente propone sustituir los actuales Fondos de Suficiente, Cooperación y Competitividad por un único Fondo de Nivelación Vertical (FNV), que intente equilibrar los fondos que cada región tiene para cada habitante. La idea es coger a la que tiene más fondos por habitante de acuerdo a sus ingresos tributarios (en la actualidad, Madrid) como baremo. Luego, se repartiría una cantidad equivalente a la que ahora mismo se dedica a los otros tres fondos (unos 8.500 millones) entre las demás regiones.
Con estos cambios, la financiación autonómica quedaría como sigue en el siguiente cuadro. Algo más de 42.000 millones en ingresos tributarios directos, 38.000 del FB y 8.000 del FNV.
¿Y hay muchas diferencias respecto al actual modelo? Pues sí, bastantes. Como puede verse en el siguiente cuadro, los cálculos de De la Fuente apuntan a que en 2013, último año con todas las cifras, la Financiación ajustada por habitante iba de 123 en Cantabria (tomando 100 como media de toda España) a 92,8 en Valencia. Según sus cuentas, como puede verse en el cuadro superior, las diferencias entre regiones se estrecharían en el nuevo modelo, siendo en este caso la mejor financiada por habitante Madrid (con 104,2) y la peor Extremadura (con 97,2), pero con una diferencia de apenas 7 puntos entre una y otra, frente a los más de 30 puntos del sistema en vigor.
Las incógnitas
Dicho todo esto, no está nada claro que el cambio pueda aplicarse de forma sencilla. Para empezar, la propuesta más llamativa, ese tramo autonómico de IVA e Impuestos Especiales requeriría que todos los gobiernos autonómicos se pusieran de acuerdo en un órgano colegiado (quizás el Consejo de Política Fiscal y Financiera). Algo nada sencillo. Se podría crear un incentivo perverso para que cada uno echase las culpas a los otros por las medidas impopulares que se aprobasen. O también podría darse la circunstancia de que, amparados por el grupo, se decidiesen a imponer todo tipo de subidas tributarias a los ciudadanos, que no tendrían muy claro a quién culpar de las mismas.
En segundo lugar, está el tema de cómo reaccionarían las regiones ahora beneficiadas. El cambio sería positivo para Madrid y Cataluña (sobre todo la primera, la gran pagadora del sistema actual) y aún más para Murcia, Valencia y Andalucía, las tres regiones que menos financiación por habitante reciben en la actualidad. Pero al mismo tiempo supondría un problema para Cantabria, La Rioja y Extremadura, las comunidades a las que el modelo en vigor mejor trata. No será sencillo que alguno de sus gobiernos lo apruebe sin volver a los enfrentamientos entre regiones de los que antes hablábamos.
Para superar estos obstáculos, De la Fuente propone "introducir un mecanismo de transición suave desde la situación actual a la distribución de recursos generada por el sistema propuesto que evite la tendencia a la congelación de la situación que han generado las tradicionales cláusulas de statu quo de los sucesivos modelos de financiación".
Reformar el sistema de financiación autonómico es un objetivo loable. Todos los expertos coinciden en que el actual modelo no ha funcionado. ¿Será el próximo Gobierno lo suficientemente ambicioso para cambiarlo? El actual Ejecutivo lo prometió al llegar a La Moncloa y luego reculó, ante la presión de algunas regiones. Sea cual sea el resultado de las elecciones y sea quien sea el próximo presidente, no lo tendrá nada sencillo.