Aunque la fama se la llevan los países del sur, Alemania tampoco está libre de despilfarro. Un lobby de sufridos contribuyentes ha localizado las subvenciones más absurdas pagadas por las autoridades federales o algunos de los Länder alemanes y han cifrado en 20 millones de euros lo que el Estado podría haberse ahorrado si hubiera dejado de pagarlas.
Estas son algunas de las subvenciones más absurdas que han encontrado:
- Software de interiorismo para grandes yates: el Ministerio de Economía federal se gastó un millón de euros en el programa, destinado al diseño de interiores en yates de lujo.
- Lechuga fresca también en invierno: en el país germano también son comunes las subvenciones a la agricultura. El Ministerio del ramo gastó 210.000 euros en investigación para mantener las hojas de las lechugas más frescas también en invierno, con el fin de mejorar la "competitividad" del sector.
- Ropa "sostenible": el Gobierno federal dedica 1,2 millones de euros a apoyar y promocionar la denominada ropa "sostenible", que controla el proceso de fabricación y distribución de las prendas y defiende la slow fashion frente a los vaivenes de la moda.
- Porcelana china y döners: el instituto de investigación federal se gastó otro millón en un programa para escolares de Hamburgo que buscaba probar cómo distintas culturas se han influido entre sí durante siglos, poniendo como ejemplo desde la porcelana china a los populares döners. "No parece la solución más eficaz ante el desafío de la inmigración", señala la asociación.
- Pilas eficientes... y alemanas: el Ministerio de Economía ha dedicado 5,9 millones a un proyecto vinculado a cinco grandes empresas alemanas para promocionar las pilas y baterías de litio de fabricación germana. El objetivo.generar una mayor "independencia" del mercado asiático.
- El valor de la cerveza: un proyecto internacional titulado "Estabilización duradera del sabor y la claridad en cervezas comercializadas", con participación de una empresa germana y otra sueca, recibió más de 200.000 euros.
- Percas chinas, egipcias e indias: el Ministerio de Agricultura alemán dedicó casi 300.000 euros a un proyecto que promovía el consumo de pescado en Egipto, China e India mejorando las condiciones de la producción. En concreto, la subvención estaba dedicada a mejorar la alimentación de carpas en las piscifactorías.
- Los peligros de Twitter: el ministerio federal dedicado a la investigación y el desarrollo dedicó más de un millón de euros a instruir a trabajadores sobre el uso de Twitter para evitar, por ejemplo, que se mezclen el área privada y el profesional y se critique a la propia empresa en internet. "El estado no debe actuar como un profesor", denuncian.
- Alimentación para perros: el Ministerio de Medio Ambiente decidió apoyar con casi un millón de euros un proyecto para desarrollar comida desecada para perros y gatos que ahorraba recursos energéticos para luchar contra el "cambio climático".
- Lavadoras eficientes: con el mismo objetivo, el ministerio dotó de 2,1 millones otro proyecto para incentivar el lavado eficiente en lavadoras.
- Setas y tintes: el Ministerio de Economía dedicó casi 300.000 euros a un estudio sobre tintes vegetales para uso industrial obtenidos de setas. El estudio se pregunta por qué el dinero debe ser público y no privado y procedente de las industrias que se beneficiarán de él.
- El INEM alemán tampoco funciona: en el catálogo de subvenciones absurdas, la asociación incluye un programa dotado con más de 400 millones dedicado a reintegrar en el mercado laboral a más de un millón de parados. El resultado ha sido nefasto: sólo 3.400 personas han participado.