El hecho de que en el escándalo de los papeles de Panamá no aparezca salpicada ninguna empresa o figura pública estadounidense ha despertado un debate sobre el rol que podría haber jugado el gigante norteamericano en esta polémica.
Y es que, de la misma forma que las Filtraciones de Wikileaks fueron interpretadas en determinados círculos como una campaña de desestabilización política alentada desde círculos pro-rusos, las informaciones de los Papeles de Panamá parecen coherentes con dos prioridades de la Casa Blanca: por un lado, contrarrestar el liderazgo de Putin; por otro lado, seguir liderando una campaña contra los paraísos fiscales que se ubican fuera de la OCDE.
Llama la atención, por ejemplo, que OCCRP, una de las dos organizaciones que ha publicado los datos robados al despacho Mossack Fonseca, cuenta con financiación directa de US AID, una agencia del gobierno de EEUU que desarrolla acciones de política exterior. Otra entidad sobre la que se ciernen las sospechas es la llamada Open Society Foundation. La impulsa el multimillonario George Soros y, como explica el analista Ian Bremmer, su figura parece tener mucho que ver con lo ocurrido y, de hecho, en el Kremlin ya tienen claro que el ataque ha llegado por esta vía.
También llama la atención que la OCDE apenas tardase horas en responder a las filtraciones con un duro comunicado en el que critica a Panamá. A nadie escapa que esta organización, cuyos trabajadores no pagan impuestos, lidera desde hace años la lucha contra los paraísos fiscales que están fuera de sus fronteras. Así, mientras vemos que determinados regímenes tributarios ventajosos de EEUU o Reino Unido no generan mucho debate en el seno de la OCDE, proliferan las acciones de dicha organización contra casos similares que se dan en países y jurisdicciones que no están integradas en su seno.
Pero, por si faltaban motivos para la suspicacia, también el presidente Barack Obama se ha pronunciado sobre esta polémica en cuestión de horas y lo ha hecho para oponerse radicalmente a la competencia tributaria que ejercen los paraísos fiscales frente a los infiernos impositivos de Occidente.