En diciembre del año 2014, el sector del taxi ganó la primera batalla a Uber. Un juez de Madrid ordenó el cese inmediato de la plataforma para alquilar conductor en todo el territorio nacional. Finalmente, los taxistas han perdido la guerra.
La polémica más sonada de las que se han generado en torno a Uber era que sus conductores no poseían licencia alguna para trasladar pasajeros. Ahora, cuando ha pasado más de un año desde la prohibición de esta aplicación en España, ya la tienen en su poder. Se llama VTC (Vehículo de Turismo con Conductor) y sirve para que cualquier conductor de a pie pueda ejercer de chófer y, claro está, cobrar por ello. Estas licencias son limitadas y dependen del número de taxis permitidos en cada ciudad.
En el relanzamiento de su servicio, la compañía ha reclutado a los propietarios de estas licencias y los ha convertido en sus conductores. Uber ya es legal, ha elegido Madrid para volver a rodar en España y en Libre Mercado vamos a probar cómo funciona. Para que el experimento sea completo, hemos decidido realizar el mismo recorrido subidos a un taxi, su archienemigo, y a otro novedoso servicio de alquiler de coches eléctricos que se ha estrenado con muy buenos resultados en la capital: Car2go.
¿Será más rápido que un taxi? ¿más caro que Car2go? ¿cuánto tardará el vehículo en aparecer? La ruta elegida para la prueba va desde la calle O'Donnell esquina con Doctor Esquerdo hasta la Gran Vía esquina con San Bernardo ¡Arrancamos!
El taxi es el que menos tarda en llegar
Son las 12:40 del mediodía y llegamos a O’Donnell. Los taxis circulan de un lado para otro por las calles aledañas, por lo que con sólo levantar un brazo tenemos a un taxista a nuestro lado, con las luces de warning activadas y deseando llevarnos a nuestro destino.
Llegamos a San Bernardo, y decidimos volver por donde hemos venido, pero esta vez, en Car2go. Para quien nunca haya oído hablar de esta empresa, se trata de un servicio de alquiler de coches eléctricos. Su funcionamiento es muy similar al de las famosas bicicletas Bicimad con la principal diferencia de que Car2go es un proyecto 100% privado.
Otra singularidad, es que no hace falta ir a buscar a ninguna base los vehículos porque son los propios usuarios los que los aparcan por la ciudad. En Gran Vía esquina con San Bernardo, ponemos la aplicación a funcionar y el mapa nos indica que el coche más cercano está a cuatro minutos andando. Vamos a por él.
Con Uber la cosa cambia y la espera se hace eterna. A las 13:00 horas del día siguiente, regresamos al mismo punto de O’Donnell y solicitamos uno de sus coches. La aplicación nos muestra que hay un vehículo cerca y nos indica que irá a recogernos en 5 minutos, pero tarda otros 12 más. A pesar de que nosotros hemos marcado la ubicación correcta, al conductor le aparece varios metros desviada. La situación se vuelve un tanto cómica, cuando, en varias ocasiones, le vemos pasar e intentamos que se percate de nuestra presencia. Optamos por llamarle, hablamos; él nos vuelve a llamar, pero tenemos que ir a buscarle porque sino tiene que dar otra vuelta. Han pasado 17 minutos.
El taxi tiene ventaja con el Carril Bus
Como se observa en Google Maps, la distancia que vamos a recorrer es de unos 3,6 kilómetros. Pan comido para el taxi que, gracias al Carril Bus de Alcalá y Gran Vía, se quita de encima una buena parte del embotellamiento de la zona. Tardamos 12 minutos en llegar.
Un ligero atasco en la calle Silva, donde teníamos aparcado el Car2go, nos ralentiza la incorporación a Gran Vía. Tardamos 20 minutos y eso que aparcamos el coche a la primera. El contratiempo con el GPS, le sigue jugando una mala pasada a Uber, que tiene que dar más vuelta y nos lleva a nuestro destino en 17 minutos.
Uber te da caché
El taxista que nos toca es correcto y educado. Le preguntamos por Uber y sin titubear centra la conversación en su nuevo competidor. Su indignación le lleva también a cargar contra el Gobierno por "legalizar lo ilegal" y permitir la "competencia desleal". El profesional insiste en que Uber es "como si le compras a un gitano la fruta".
¿Y que haya más empresas no es mejor para el usuario debido a que baja el precio? Le preguntamos inocentemente. "Para el usuario claro. Ahora te cobran poco, pero cuando se carguen al sector del taxi ya te pueden cobrar lo que quieran y subirán los precios". Con este vaticinio, nos bajamos.
Con Car2go no hay truco, eres tú contra la máquina. A pesar de que es la primera vez que nos ponemos a los mandos de un vehículo eléctrico (y automático), no tenemos ningún problema en entender su sistema de conducción. Que podamos poner música en el viaje, le da un plus de diversión.
Uber aquí se luce. Un Hyundai I40 negro y recién estrenado viene a por nosotros. El conductor, con traje y corbata, nos abre la puerta. El trato es exquisito y nos gana cuando nos ofrece agua y chicles. También, centramos la conversación del viaje en su nuevo negocio. Su opinión dista mucho de la de los taxistas, de quienes se queja de dificultarles la circulación. "Como ya nos conocen por los coches, nos cierran en las incorporaciones, se nos ponen delante para todo y no lo entiendo porque todos podemos convivir". El conductor celebra la legalización de la aplicación, "por lo menos tenemos trabajo". Mientras estamos en el coche, le llega otro aviso.
Controversia con el precio
Llegamos a la última parte del estudio y podemos decir que a la más importante: el precio. ¿Es tan barato Uber como presume su plataforma? En nuestro caso, la respuesta es no. El taxi nos cobra 7,85 euros por la carrera y Uber 7,30 euros. La diferencia es tan mínima debido que no nos recoge donde hemos marcado y tiene que hacer un recorrido más largo. Antes de eso, la aplicación nos marcaba un precio estimado de 5 a 6 euros.
Pero ojo, con un código promocional de 5,43 euros por estrenarnos en Uber, el trayecto nos sale por 1,85 euros. Esto no es para siempre, ni una particularidad de Uber, ya que las aplicaciones del taxi también tienen descuentos similares para recién llegados. La mayor ventaja de Uber está en que no cobra suplementos: ni nocturnidad, ni maletas (como en ciudades como Barcelona), ni estaciones o aeropuertos. Si hubiésemos hecho mismo recorrido por la noche, o si el conductor hubiese ido por la ruta más rápida, nuestro bolsillo notaría más la diferencia.
En cuanto al coste, gana Car2go. La carrera nos sale a 4,94 euros. Eso sí, eres tú el que se pone al volante. Nosotros ya hemos probado tres opciones de transporte, ¿con cuál te quedas?