Era una de las principales condiciones que impuso el Partido Socialdemócrata alemán para entrar en la coalición de Gobierno liderada por Angela Merkel en 2014. Por este motivo, Alemania introdujo el 1 de enero de 2015 el establecimiento de un salario mínimo interprofesional para los trabajadores. Y ahora, recoge los frutos de esa medida...
El Instituto del Mercado Laboral (IAB), que depende de la Oficina Federal de Empleo, ha desvelado un nefasto resultado. Según su último informe, en el último año se destruyeron en el país germano 60.000 puestos de trabajo debido a esta medida. Así, la obligación a pagar a la plantilla un mínimo de 8,50 euros la hora habría acabado con el 0,18% del total de los empleos del país.
El acuerdo para fijar este salario mínimo representó un profundo cambio en las relaciones laborales en Alemania, donde históricamente sindicatos y patronal eran los encargados de fijar las condiciones salariales de los empleados.