Abengoa reducirá su deuda corporativa hasta los 4.923 millones de euros tras la reestructuración que prevé sacar adelante para evitar el concurso de acreedores. En una presentación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el grupo indicó que su deuda se reducirá hasta esta cifra, desde los más de 9.300 millones de euros que tenía a cierre de 2015.
Además, el grupo señaló que recibirá esta semana de sus acreedores la línea de financiación para cubrir sus necesidades inmediatas de liquidez. Abengoa no prevé un resultado bruto de explotación (Ebitda) positivo en sus cuentas hasta 2017, cuando registre un saldo de unos 20 millones. Para este ejercicio 2016, prevé un Ebitda negativo de 244 millones de euros.
En el horizonte de los próximos cinco años, el grupo de ingeniería y energías renovables prevé situar sus ingresos en 4.206 millones de euros y su cifra de Ebitda en 274 millones de euros para el año 2020. El grupo estima que la 'Nueva Abengoa', que deberá también nombrar un nuevo presidente y un nuevo consejero delegado de acuerdo con su nueva estructura accionarial, tendrá un valor de unos 5.395 millones de euros.
Según el plan, Abengoa recibirá una inyección de unos 1.500 millones de euros, en un plazo máximo de cinco años, que será aportada, principalmente, por los fondos Attestor Capital, Centerbridge, DE Shaw Group, Elliott Management, KKR Credit, OAK Hill Advisors y Värde.
Plan de reestructuración
Según el plan de reestructuración de la compañía, los actuales acionistas verán diluida su participación hasta el 5%. Las entidades que financien el préstamo tendrán derecho a recibir un 55% del capital social de la Nueva Abengoa. El importe de la deuda antigua objeto de capitalización se corresponderá con un 70% de su valor nominal y esta capitalización daría derecho a suscribir un 35% del nuevo capital.
Abengoa, que se acogió al preconcurso de acreedores el pasado mes de noviembre, tiene ahora de plazo hasta el próximo 28 de marzo para conseguir la adhesión al plan del 75% de sus acreedores. El plan cuenta ya con el respaldo del que era conocido como 'G-7', reducido a 'G-6' después de que Banco Sabadell se desprendiera de su deuda en la compañía, y de los principales bonistas.