Más de 2.200 negocios se vieron afectados el pasado año por la nueva ordenanza del Ayuntamiento de Barcelona que restringía los requisitos para establecer terrazas en la vía pública.
Con la llegada del 2016, el consistorio de Ada Colau ha puesto en su punto de mira también a las floristerías, unos negocios que, en muchos casos, muestran parte de sus productos en las aceras de las calles.
La popular floristería de Barcelona, Floristería Navarro,ha sido la primera afectada. Según ha relatado su responsable, Miquel Minguell, a Libre Mercado, el Ayuntamiento ha puesto en marcha un procedimiento sancionador tras realizar una inspección.
El empresario reconoce que"ocupamos más espacio del que nos está permitido, pero es que el que tenemos es insuficiente y las plantas de exterior no las podemos tener dentro". Minguell recuerda que "nuestros antecesores pidieron ampliar el permiso hace años, pero eso no se ha producido".
Lejos de cargar contra la medida de Colau, para el responsable de esta floristería "es normal que haya este tipo de inspecciones porque todos los empresarios, incluidas las terrazas, queremos ocupar más espacio público". Asegura que desconoce la cuantía de la sanción y si finalmente se le aplicará o si se trata sólo "de un aviso".
Vía libre a los manteros
Llama la atención que Colau emprenda este tipo de medidas contra los negocios regulados, mientras que se impulsa que los manteros de la ciudad operen a sus anchas en las calles. Tanto es así, que el pasado mes de noviembre, estos vendedores ambulantes ilegales crearon un sindicato con el beneplácito de Colau. La semana pasada, el Ayuntamiento de la Ciudad Condal anunció que contratará a manteros para facilitar su regularización.