El plan presupuestario que ha presentado Podemos de cara a un posible pacto de gobierno con el PSOE no aguanta el más mínimo análisis. El partido de Pablo Iglesias ofrece un copia y pega de la memoria económica que incluyó en su programa electoral para las generales de diciembre.
Su idea consiste, básicamente, en aumentar el gasto público y la recaudación fiscal en 96.000 millones de euros extra en 2019 en comparación con las cuentas que proyecta el PP, tal y como resume el siguiente cuadro.
De este modo, tal y como avanzó Libre Mercado (aquí y aquí), el gasto público pasaría de unos 460.000 millones en 2015 a un total de 595.000 millones en 2019, un 30% más. Es decir, el Estado gastaría unos 135.000 millones extra al año al cierre de la legislatura, un incremento histórico, superior incluso al acaecido durante los irreales años de burbuja inmobiliaria. Hasta aquí poco se puede objetar. Cualquier partido político puede defender un mayor o menor nivel de gasto, pero la clave es cómo financiarlo. Y es aquí donde empiezan los unicornios y los cuentos de la lechera.
La previsión que maneja Podemos es que el volumen de ingresos públicos suba de 415.000 millones en 2015 a un total de 565.000 millones en 2019, de modo que a cierre de legislatura el sector público contaría con uno 150.000 millones extra al año, un 36% más.
La diferencia entre los ingresos y gastos, unos 30.000 millones, corresponderían al retraso en el cumplimiento de los objetivos de déficit que el partido de Iglesias confía en arrancar a Bruselas.
España crecerá un 5% al año
Pero, ¿de dónde saldrían esos 150.000 millones de ingresos extra al año? En primer lugar, del propio crecimiento económico, unos 80.000 millones de euros como resultado de la expansión de la actividad.
En este sentido, Podemos da por buenas las previsiones de crecimiento del PP para los próximos años y, de hecho, incluso las mejora. Así, según sus propias cuentas, el PIB español rozará los 1,4 billones de euros a cierre de la legislatura, un 25% más que en 2015.
Esta es la previsión del PIB español que hace Podemos para que le cuadren sus fantasiosas cuentas. Todo muy realista pic.twitter.com/yWt1pPAoxB
— Juan Ramón Rallo (@juanrallo) febrero 15, 2016
@drizzt__dourden @lentejitas @velardedaoiz Por poner en perspectiva ese 6% pic.twitter.com/ySgxgZHNaW
— Demóstenes (@Demostenes_av) febrero 15, 2016
Este simple dato ya invalida per se el grueso de las cuentas presupuestarias presentadas por Iglesias. El problema es que los 70.000 millones restantes tampoco se sostienen sobre bases sólidas. Así, 29.700 millones procederían del efecto multiplicador del gasto público.
Podemos cree que el aumento del gasto público se traduciría en mayor consumo e inversión y, con ello, también en mayor recaudación fiscal, pero olvida que tal afirmación es más que cuestionable, sobre todo en el caso de un Estado hiperendeudado como el español -el economista Juan Ramón Rallo desmonta, punto por punto, los multiplicadores fiscales empleados por Podemos-.
José Luis Rodríguez Zapatero aplicó dicha receta mediante los famosos Planes E y el resultado fue un déficit de dos dígitos y una crisis de deuda provocada por la falta de confianza de los inversores internacionales. Es decir, esos 29.700 millones son humo. Nada garantiza que realmente se puedan generar y, de hecho, hay evidencias más que sobradas de los contrario (un aumento sustancial del gasto podría acabar traduciéndose en menor recaudación fiscal).
Sablazo fiscal y recaudación irreal
Los 40.000 millones extra restantes tendrían su origen en una mayor recaudación tributaria como consecuencia de la lucha contra el fraude (12.000 millones) y el aumento de impuestos (28.000). Pero es que ni siquiera aquí las cifras son mínimamente realistas. Para empezar, esos 12.000 millones extra derivados de la lucha contra el fraude supondría duplicar en apenas tres años y medio la recaudación actual por dicha materia, algo más que improbable según los inspectores de Hacienda consultados.
Y en cuanto a los 28.000 millones en subidas de impuestos, además de que supondría un histórico sablazo fiscal (unos 4.000 euros por familia, duplicando los aumentos fiscales del PP), la recaudación estimada también es bastante cuestionable.
Por poner tres ejemplos, recaudar 10.000 millones más al año en IRPF equivale al aumento recaudatorio que registró España en el pico de la burbuja, entre 2005 y 2007.
Ingresar otros 12.000 millones a través del Impuesto de Sociedades supondría elevar la recaudación un 50%, una subida tributaria inédita.
Y recaudar 2.000 millones extra al año por el Impuesto de Sucesiones y Donaciones implicaría duplicar la recaudación por este concepto… Es decir, subir un 100% ambos tributos, otro sablazo histórico sobre el patrimonio de las familias.
Y todo ello, sin contar que los 26.300 millones de euros adicionales que Podemos incluye en su cuadro derivan del incumplimiento del objetivo de déficit, dando así por hecho que Bruselas cedería a tales pretensiones sin más, lo cual también son cantos de sirena, tal y como evidenció la trágica experiencia de Syriza en Grecia el pasado año.
Crecimiento e ingresos irreales
En resumen, las cuentas de Podemos se sustentan sobre unas previsiones de crecimiento irreales y un aumento de la recaudación que no se sostiene: de los 96.000 millones de ingresos extra que Iglesias incluye en su cuadro, más del 70% es humo (fraude fiscal, multiplicadores del gasto e incumplimiento del déficit), mientras que el 30% restante deriva de históricas subidas de impuestos. ¿Conclusión? El brutal incremento del gasto que plantea el partido morado es, simplemente, infinanciable.