Gustavo Santana acaba de cumplir cuarenta años. Eso significa que durante toda su vida adulta, Cándido Méndez ha ocupado la Secretaría General de UGT. Ahora, este educador canario aspira a convertirse en el nuevo líder de la central sindical.
El reto no es fácil. Tiene poco más de un mes para darse a conocer de cara al Congreso que se celebrará entre el 9 y el 12 de marzo. Además, necesita reunir 150 avales para formalizar su candidatura, lo que equivale a lograr el respaldo del 25% de delegados.
Sus rivales serán Miguel Ángel Sillero, el candidato más cercano a Cándido Méndez, y Pepe Álvarez, líder de UGT en Cataluña. El primero tiene más de 50 años y el segundo ha cumplido ya los 60, por lo que el relevo generacional solamente viene asegurado de la mano de Gustavo Santana.
Pero, además de juventud, ¿qué ofrece este sindicalista canario a sus compañeros? De entrada, un discurso claro por la unidad de España: "iré al Congreso con una enmienda que defienda ese principio de manera clara". Este compromiso choca con la trayectoria de la UGT catalana: el capítulo que lidera Pepe Álvarez se ha acercado al separatismo hasta el punto de defender el "derecho a decidir".
Otro aspecto que preocupa a Santana es la mejora de los procesos de funcionamiento del sindicato. "Tenemos que ser una organización más transparente y democrática. Hay quienes prefieren no abrir esos debates y creen que es mejor un Congreso con un único candidato, pero yo no estoy por la labor", apunta.
"Más valientes con la corrupción"
"Tenemos que ser más transparentes y más valientes a la hora de enfrentarnos a los problemas de corrupción. No puede ser que tardemos hasta dos semanas en dar respuesta a cuestiones que deberían abordarse con mucha más rapidez y contundencia. También hay que abrirse a publicar los salarios de los altos cargos del sindicato, es algo que ya están haciendo las instituciones públicas y tiene todo el sentido que apostemos por eso", señala.
A Santana le preocupa que el futuro de UGT pueda quedar en manos de líderes que no están por la labor de adoptar grandes cambios y que, además, se jubilarán en menos de un lustro. "No podemos hipotecar el futuro del sindicato de esa forma. España está cambiando mucho y los sindicatos tienen que ser capaces de responder a esa nueva realidad", apunta.
El sindicalista canario denuncia que el aparato de UGT está silenciando su campaña para llegar a la Secretaría General pero espera recabar apoyos en aquellos capítulos del sindicato que aún no han decidido a qué candidato van a apoyar. "Yo noto que allí donde llevo este mensaje de cambio, se me escucha y se me recibe bien. Por eso voy a dar la batalla en febrero, para que UGT salga reforzada y siga teniendo vigencia", declara optimista.
Ley de Participación Institucional
Aunque el discurso de Santana se centra en cuestiones internas por la cercanía de los comicios electorales, sí deja algunas pinceladas de sus opiniones sobre la actualidad política y económica. Primero, una advertencia al PSOE: "De entrada, tenemos que ser más claros en nuestros pronunciamientos, independientemente de la vinculación política que hayamos tenido a lo largo de nuestra historia".
Después, un discurso rupturista frente al perfil bajo que han asumido UGT y CCOO durante la presente legislatura: "hay que ir a una jornada de 35 horas laborales, aumentar las tasas de reposición de los trabajadores públicos y pensar en derogar las dos últimas reformas laborales". Por último, un giro europeísta: "Hay cosas del modelo alemán que están bien. Necesitamos formar mejor a nuestros delegados, para que las empresas puedan sobrevivir ante las crisis y no se vuelva a destruir tanto empleo".
Sobre la financiación de los sindicatos, la cuerda de Santana es partidaria de mantener las aportaciones públicas, pero canalizadas a través de un acuerdo nacional que dote de más claridad a estas vías de financiación. Hablamos de una Ley de Participación Institucional con la que el aspirante canario quiere ganar en "claridad y transparencia".
No habrá que esperar mucho para conocer el desenlace de su campaña: a mediados de marzo sabremos si su discurso cala entre los militantes de UGT o si su empeño por suceder a Cándido Méndez ha sido en vano. Lo tiene difícil, pero a este sonriente sindicalista canario no le faltan las ganas.