Al rechazo en bloque de todos los grupos municipales del consistorio, incluido los separatistas, se suma ahora el de los comerciantes que dicen estar "indignados, preocupados y sorprendidos" por la última ocurrencia de la alcaldesa de Barcelona.
Básicamente, lo que pretende Ada Colau es acabar con la apertura de los comercios durante los domingos de verano y reducirlos a cuatro en todo el año, repartidos, fuera de toda lógica, dos en mayo y dos en octubre, fechas en las que se reciben "un 60% menos de turistas que en verano", según denuncia el vicepresidente de la federación de comerciantes, Barcelona Oberta, Javier Cottet, en declaraciones a esRadio. Cottet dice que se trata de una decisión tomada de manera unilateral y "sin consenso" en perjuicio de la mayor fuente de ingresos en Barcelona, que es el turismo.
"Acciones que se toman en contra de potenciar el empleo no nos entran en la cabeza", afirma Cottet, que ha explicado, además, que la alcaldesa ha tomado esta decisión antes de valorarlo con los empresarios. Han sido convocados después de que el anuncio ya estuviera casi cerrado.
El Consistorio que dirige Colau asegura que lo hace por el bien del comercio tradicional, familiar y de proximidad, para que no se vea perjudicado por una desregulación de los horarios comerciales. "Yo soy cuarta generación de una empresa, vicepresidente de la Empresa Catalana Familiar... que a mí me diga esto una señora que no ha tenido una empresa ni trabajo en su vida me parece fuera de toda cordura".
Cottet alerta del importante impacto negativo de esta decisión, que de entrar en vigor afectará a muchos puestos de trabajo solamente en Barcelona. "En toda Cataluña se puede abrir en más de 100 municipios turísticos cualquier domingo y en Barcelona no nos dejan, que es la tercera ciudad de Europa en shopping", por detrás de Londres y París, aclara. "Estamos realmente preocupados", en lo que lleva de legislatura Colau "no ha tomado ni una sola medida con impacto económico positivo", denuncia.
Consulta en la calle
Lo más llamativo es que la alcaldesa, que no ha preguntado a los comerciantes, sí presume de haberlo hecho a los ciudadanos a través de una especie de encuesta que revela que el 40% de los comerciantes se oponen a abrir el domingo y el 30% de los ciudadanos también. Un sondeo, y esto es lo llamativo, realizado sólo a 1.700 personas, según Cottet, de una ciudad con más de 1.600.000 habitantes.
"Un curioso modelo participativo", ironiza Cottet, quien asegura que con esta situación hasta los manteros estarán más protegidos por la alcaldesa. "Ellos pueden abrir cada domingo sin horario y a nosotros... ¿Nos van a mandar a la Guardia Urbana para echar a los turistas?", se pregunta indignado.