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Dos pros y cuatro contras de la empresa familiar española

Las compañías familiares representan al 89% del total de las empresas españolas.

Las compañías familiares representan al 89% del total de las empresas españolas.
Las empresas familiares representan al 89% del total de las empresas españolas | Corbis

El Corte Inglés, Inditex, Mercadona… En muchas ocasiones, se desvirtúa el concepto de empresa familiar, que no depende del tamaño de la organización, sino de su estructura de propiedad. Según el Instituto de Empresa Familiar (IEF), éstos son los requisitos que debe cumplir un negocio para incluirse en la categoría de familiar:

  • La mayoría de los votos son propiedad de algún miembro de la familia que fundó la compañía, son propiedad de la persona que ha adquirido el capital social de la empresa o son propiedad de sus esposas, padres, hijos o herederos directos.
  • La mayoría de los votos puede ser directa o indirecta.
  • Al menos un representante de la familia o pariente participa en la gestión o gobierno de la compañía.
  • A las compañías cotizadas se les aplica la definición de Empresa Familiar si la persona que fundó o adquirió la compañía, sus familiares o descendientes poseen el 25% de los derechos de voto a los que da derecho el capital social.

Pero no nos engañemos. Las grandes empresas antes mencionadas no son el prototipo de empresa familiar española. De hecho, son las grandes excepciones. Según el estudio La empresa familiar en España 2015 que presentó ayer martes el IEF, la media del número de empleados de este tipo de negocios es de 29 personas.

Y es precisamente el pequeño tamaño de estas empresas uno de los retos a los que se tendrán que enfrentar en el futuro, sobre todo, teniendo en cuenta que las empresas familiares representan al 89% del total de las empresas españolas.

Los contras

1 - El tamaño: existen factores específicos de las empresas familiares que limitan su tamaño, entre los que destacan la madurez de los sectores donde operan, las dificultades financieras, la resistencia al cambio de los líderes y, fundamentalmente, el temor a perder el control familiar frente a los objetivos económicos. Sin embargo, el informe advierte de que la empresa que no alcance un tamaño mínimo afronta serias dificultades para subsistir. Los expertos señalan a los 50 empleados como la barrera que las empresas familiares tienen que superar para conseguir mayor dinamismo estratégico e innovador y una gestión más profesional. Además, el tamaño de la empresa va unido a una mayor presencia de directivos no familiares, cuya presencia debe ponerse en valor.

"En España tenemos muchas empresas familiares, pero son muy pequeñas. Las dimensiones lastra la profesionalización y la internacionalización", ha asegurado el catedrático José Carlos Casillas. "Las empresas españolas tienen que hacer todo lo que puedan por aumentar su tamaño e ir hacia el modelo alemán", ha añadido.

2 - La internacionalización: la internacionalización constituye uno de los principales retos de las empresas familiares españolas. La mayoría de las empresas familiares analizadas operan en mercados regionales (60,4%) o nacionales (28,3%). Sin embargo, en el ámbito internacional las ventas sólo alcanzan el 11,3%.

En cuanto a la forma de internacionalización, la más habitual es la exportación, siendo mucho menor la realización de inversiones directas en los países de destino o el establecimiento de alianzas estratégicas con cualquier tipo de socios. En términos generales, el 28,3% de las empresas familiares exportan.

3 - Los familiares: aunque la presencia de familiares en la dirección de la compañía es la propia esencia de la empresa familiar, no hay que olvidar las ineficiencias que produce el excesivo proteccionismo al empleado que es de la familia en detrimento de los externos.

Y es que la presencia familiar alcanza la totalidad del capital social en el 85,5% de las empresas, por tanto, sólo en el 14,5% de los casos conviven propietarios familiares y socios externos. El problema es que en las empresas familiares hay un elevado porcentaje de directivos parientes con escasa formación y experiencia externa.

En concreto, sólo el 44,5% de los altos cargos cuenta con formación universitaria y un 36,5% tiene experiencia en otras empresas. Aunque en el grupo de los que carecen de formación universitaria puede haber una parte importante de fundadores de empresas que han construido un proyecto empresarial desde su capacidad de iniciativa y trabajo, sería conveniente que los nuevos directivos aumentaran su nivel de formación empresarial. "El problema no es de los familiares es de que estos no estén lo suficientemente cualificados", explica la catedrática María Concepción López

"Cuando la empresa va bien se protege a la familia, pero con la crisis, el mantenimiento de los empleos familiares ha pasado a un segundo orden, primando así la lógica empresarial", añade el experto.

4 - La elección del sucesor: sólo un 44,4% de las empresas cuentan con criterios definidos para elegir al sucesor. Y el criterio más común para dar con la nueva persona que se encargará de llevar el timón de la empresa va relacionado con el punto anterior, ya que es la pertenencia a la familia propietaria (73,1%), seguido de la experiencia profesional en la empresa (45,4%). Estos datos, confirman el gap de profesionalización de la gestión que aún existe en las empresas familiares españolas.

Los pros

1 - La autofinanciación: en el reparto de beneficios queda patente como la autofinanciación, entendida como reinversión de beneficios, es un rasgo típico de la empresa familiar. Como promedio, las empresas familiares reparten solamente el 3,6% de beneficios. El 86,2% no han repartido beneficios en los dos últimos años influidas por la crisis. Y es que en los años más duros de la recesión las empresas familiares han apostado fuertemente por la autofinanciación, bien sea por limitar su nivel de endeudamiento con los riesgos que implica bien por las dificultades para acceder a financiación externa.

En el informe señalan que las empresas familiares presentan ratios de endeudamiento menores que las no familiares, tanto en el momento de entrada como en la salida de la crisis económica. De hecho, el gap de endeudamiento entre uno y otro grupo de empresas se amplía de manera significativa: si en 2007 las no familiares presentaban unos ratios de 1,5 puntos porcentuales superiores a las familiares, en 2013 la diferencia aumenta hasta los 20 puntos. Estos valores pueden explicarse por el compromiso de los propietarios familiares por mantener la financiación de la empresa con sus propios recursos.

2 - La longevidad: de entre las muchas características que permiten dibujar el perfil de la empresa familiar española debe destacarse su mayor antigüedad relativa. La longevidad de las empresas familiares es especialmente alta (33 años), muy por encima de la antigüedad promedio del conjunto de las empresas españolas (en torno a 12 años, según los datos del Directorio Central de Empresas que elabora el INE).

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