Barack Obama ha empezado su último año en la Presidencia de Estados Unidos con un difícil contexto político. Aunque el mandatario demócrata logró la reelección en 2012, el grado de aprobación de su gobierno sigue estancado en niveles del 47%, por debajo del 53% de Ronald Reagan, el 61% de George H. W. Bush, el 55% de Bill Clinton o el 49% de George W. Bush.
En el octavo y último año de su paso por la Casa Blanca, Obama quiere centrarse en defender su polémica reforma sanitaria, refutar las críticas sobre su gestión económica y limitar el derecho a portar armas.
Este último punto ha centrado las primeras intervenciones del Presidente en 2016, pero las cifras de ventas dejan claro que las ventas de armas no han parado de aumentar desde que el político afroamericano llegó al gobierno:
Tampoco hay muchos argumentos para el optimismo en lo tocante a la gestión económica. Obama se ha jactado de que la tasa de paro ha caído hasta el 5,5%, pero si tenemos en cuenta el desplome de la población activa vemos que los niveles de desempleo siguen cerca del 10%: