Izquierda Unida suele defender con insistencia la necesidad de subir los impuestos que pagan las empresas y aumentar la rigidez del mercado de trabajo. Es por eso que llama la atención que el partido de Alberto Garzón haya sido "pillado" con importantes deudas ante Hacienda y con planes para despedir a buena parte de sus trabajadores a través de distintos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE).
Un buen ejemplo lo tenemos en el caso de la federación madrileña. IU-Madrid ha dejado un agujero de 1,7 millones de euros a Hacienda; además, ha aprobado un ERE que resultó en el despido del 100% de sus empleados.
IU pierde el 40% de sus ingresos
Ahora la situación podría repetirse a nivel nacional. Según informa la agencia Europa Press, la Presidencia Federal de IU estudia esta misma semana un informe sobre la situación económica del partido tras las Elecciones Generales del pasado 20 de diciembre. Los comicios asestaron un duro correctivo a la formación de Garzón, que no solamente se queda sin grupo propio sino que ha perdido el 40% de sus ingresos.
Ante la caída de los ingresos que va a experimentar el partido, se plantea un importante ajuste presupuestario, al hilo de una deuda que podría subir de los 9 a los 11 millones de euros en los próximos años. Para capear el temporal, IU podría aprobar un ERE para despedir a una parte de sus trabajadores, tal y como recoge Público.
Este tipo de contradicciones entre el discurso y las acciones de IU se ha repetido a nivel privado en la experiencia laboral de algunos de sus primeros espadas. Un buen ejemplo es el de Carlos Sánchez Mato. El concejal de Economía del Ayuntamiento de Madrid, cercano a Garzón, fue directivo de una empresa que aprobó un ERE y que debe 4,7 millones de euros a Hacienda.