La extrema izquierda apenas lleva seis meses gobernando en algunas de las principales ciudades y regiones de España y los estropicios de su nefasta gestión empiezan a ser claramente visibles y, sobre todo, cuantificables para el conjunto de la ciudadanía. El penúltimo ejemplo de esta desnortada senda ha tenido lugar esta misma semana en Madrid, tras el abandono de los grandes proyectos de inversión que tenía pensado realizar el grupo chino Wanda en los próximos años.
Las enormes zancadillas que ha impuesto el Ayuntamiento de Manuela Carmena para que esta compañía pudiera reformar el céntrico Edificio España y sus aledaños, después de mucho años de absoluto abandono, han terminado por imposibilitar las obras. Como consecuencia, la capital albergará en su centro neurálgico un edificio vacío en lugar de un gran hotel, centros comerciales y apartamentos de lujo. Ésta y no otra es la tan cacareada política del "cambio" que promulga Podemos: ruina y parálisis frente a creación de riqueza y empleo.
El caso de Madrid es, si cabe, más sangrante, ya que Carmena no sólo está logrando ahuyentar muy eficazmente a los cautos inversores que pretenden desembarcar en la capital, sino que, además, ha agravado de forma muy sustancial el tráfico urbano, con todos los inconvenientes y trastornos que ello supone para millones de madrileños, al tiempo que la ciudad ofrece una imagen penosa debido a la acumulación de basura y suciedad. Uno de las grandes promesas de Ahora Madrid se centró en la limpieza de las calles, pero, lejos de cumplirla, todo apunta a que se trata de una estrategia deliberada para, en última instancia, justificar la suspensión de las contratas y remunicipalizar el servicio, convirtiendo de nuevo a los barrenderos en funcionarios, apostando así por un modelo mucho más caro e ineficiente para los contribuyentes.
En definitiva, menor riqueza y empleo a costa de más gasto, más déficit y más deuda. Y todo ello, adornado con trabajos comunitarios para universitarios, concursos de recoger colillas para los escolares, nuevos nombres para las calles y estrafalarias cabalgatas de reyes laicos. El "progreso" que vende Podemos es, en realidad, involución, mientras que su prometido "avance", simple ruina económica y deterioro institucional... Es decir, todo un paradigma de ideología basura o, lo que es lo mismo, una basura de ideología.