Todo apunta a que España incumplirá, un año más, el objetivo de déficit público fijado por Bruselas. El conjunto del sector público, excluyendo la Administración Local cuyos datos se publican con más retraso, registró un agujero fiscal de 36.934 millones de euros hasta el pasado octubre, una cifra equivalente al 3,42% del PIB, lo cual apenas supone un 9,8% menos que en el mismo período de 2014, según los datos publicados el martes por el Ministerio de Hacienda.
El límite establecido se sitúa en el 4,2% para 2015, antojándose así como un objetivo casi imposible a la vista de la evolución que presentan las cuentas públicas a dos meses para el cierre del ejercicio -los gastos se disparan en diciembre como consecuencia de las pagas extra a empleados públicos y pensionistas-.
Así, si se extrapola el dato de octubre al conjunto del año, España acabará sufriendo un agujero presupuestario de entre el 5,3% y el 5,2% del PIB, una vez descontado el superávit de los ayuntamientos. Es decir, 1 punto porcentual por encima del límite (unos 10.000 millones de euros extra), tal y como refleja el siguiente cuadro.
De cumplirse este pronóstico, el Gobierno tendría que intensificar los ajustes para alcanzar la meta de déficit fijada para 2016 (2,8% del PIB). Sin embargo, dado el actual contexto de incertidumbre política que atraviesa el país, lo más probable es que se plantee una nueva negociación con las autoridades europeas a fin de elevar y retrasar, una vez más, los objetivos de déficit.
Por Administraciones, tanto las CCAA como la Seguridad Social serían las que presentarían un mayor desvío respecto a sus límites previstos.
El déficit público tiene, por otro lado, un efecto en el incremento de la deuda pública. Aunque existen diferencias de contabilidad (el déficit se contabiliza por devengo y la deuda por criterio caja), el crecimiento del agujero fiscal y de la deuda mantienen una tendencia similar.
Teniendo en cuenta su evolución, la deuda podría superar por primera vez el nivel del 100% del PIB en diciembre.
Las cuentas públicas de España presentan, pues, un grave desequilibrio, con un déficit próximo e incluso superior al 5% del PIB y una deuda récord tras alcanzar el fatídico umbral del 100%.