El Banco de España ha elevado al 3,2% la previsión de crecimiento de la economía española en 2015, una décima más que el pronóstico anterior, después de estimar un crecimiento del PIB en el cuarto trimestre del 0,8%, por lo que afirma que se mantiene el escenario de crecimiento "sostenido" de la economía en los próximos trimestres.
El crecimiento del 0,8% intertrimestral es el mismo que el registrado el trimestre previo, pero se sitúa dos décimas por debajo del 1% conseguido entre abril y junio, que constituye, según destaca el Banco de España, el ritmo de avance más elevado registrado por el momento desde que se inició la recuperación. Entre enero y marzo, el PIB creció un 0,9%.
En el último boletín económico de 2015, el Banco de España afirma que la evolución de la actividad en el último trimestre del año está siendo "ligeramente más favorable" de lo anticipado en septiembre, lo que le ha llevado a elevar la previsión del PIB, que sigue estando una décima por debajo del 3,3% estimado por el Gobierno.
Para el próximo ejercicio, espera un comportamiento "dinámico" de la actividad, aunque su ritmo sería "algo inferior" al observado en trimestres recientes, como consecuencia de la moderación de algunos de los impulsos expansivos actualmente vigentes, como es el caso de la demanda nacional. Así, estima un crecimiento medio anual del PIB en 2016 que podría alcanzar el 2,8%, la misma estimación que el Ejecutivo, y una décima más que su previsión anterior.
El crecimiento que se proyecta del PIB tanto para este año como para el que viene se sigue sustentando en el empuje de la demanda interna, que crecerá un 3,6% en 2015 y un 3,1% en 2016, en tanto que la demanda exterior tendría una aportación negativa en los dos años, como resultado de la fortaleza de las importaciones.
Los riesgos son a la baja
A pesar de este escenario favorable, la autoridad monetaria avisa de riesgos "ligeramente a la baja" como consecuencia de la posibilidad de que la desaceleración de las economías emergentes sea más pronunciada de lo previsto en la actualidad, lo que podría dar lugar a un "endurecimiento" de las condiciones de financiación en un contexto de caída del apetito por el riesgo.
A nivel interno, advierte de que la principal fuente de incertidumbre está asociada al curso de las políticas económicas, dada la influencia que ejercen, en particular, la agenda reformadora y la política presupuestaria sobre la confianza y las decisiones de gasto de los agentes.
"Un posible agotamiento en el proceso de aplicación de reformas estructurales podría afectar negativamente las expectativas de crecimiento e incidir negativamente en las decisiones de consumo e inversión", subraya el Banco de España, que añade que la necesidad de corregir eventuales desviaciones en la ejecución de los planes presupuestarios de las administraciones públicas podría comportar también algún efecto negativo sobre la actividad a corto plazo.
En este sentido, alerta de que los riesgos de desviación del cumplimiento del objetivo de déficit para este año, situado en el 4,2% del PIB, se centran en las comunidades autónomas y la Seguridad Social, que podrían verse compensados "parcialmente" por una mejor evolución de lo previsto tanto de los ayuntamientos como de la Administración Central.
Paro por debajo del 20%
En cuanto a la evolución del mercado de trabajo, asegura que el empleo ha mantenido un "elevado dinamismo" en los meses recientes y estima que en el último trimestre habría crecido un 0,7% intertrimestral, tasa muy similar a la del trimestre precedente.
En el conjunto del año y también de cara a 2016, el Banco de España estima que el empleo crecerá un 3% este año (dos décimas más que la estimación anterior) y un 2,4% el próximo (una décima menos que la estimación previa) y que la tasa de paro se situará ligeramente por debajo del 20% a finales del próximo ejercicio.
Respecto a la evolución de la inflación en los próximos meses, afirma que dependerá del repunte de los precios del petróleo, aunque espera que el ritmo de variación del IPC general pase a ser positivo en diciembre y siga aumentando a lo largo de 2016, hasta situarse en el 1,5% al final del próximo ejercicio. En términos de tasas medias anuales, prevé una caída del 0,5% este año y un avance del 0,7% el próximo.
No obstante, precisa que estas previsiones tienen un sesgo a la baja, principalmente si se materializa un menor crecimiento económico y también por el comportamiento "volátil" que aún perdura tanto en las cotizaciones del petróleo como en el tipo de cambio del euro.
El Banco de España destaca que la mejora de las condiciones de financiación de la economía española ha favorecido el consumo de familias y empresas, alentado también por la "fuerte" creación de empleo, por la caída del precio del petróleo, el adelanto a julio de la rebaja fiscal y el reintegro a los empleados públicos de una cuarta parte de la paga extra suprimida en diciembre de 2012.
De esta forma, estima que el consumo privado habría crecido en el cuarto trimestre del año a un ritmo similar al observado en el tercero (+1%), al igual que la inversión productiva privada, que se habría visto favorecida por la fortaleza de la demanda final y por la bonanza de las condiciones financieras.
Por su parte, la demanda exterior neta habría ejercido una contribución neutral al crecimiento del PIB entre octubre y diciembre. En cuanto a las exportaciones, según el Banco de España, el crecimiento de las ventas de bienes habría experimentado un "cierto freno", a pesar del fortalecimiento de los mercados del área del euro.