Si hay un hombre capaz de luchar contra las complejas fuentes de financiación del terrorismo islámico, sin duda se trata de David Cohen. El flamante director adjunto de la CIA estadounidense acumula décadas de bagaje en este campo y se ha convertido en un hombre clave para los servicios de inteligencia del país norteamericano.
Antes de su último nombramiento, Cohen ocupó el cargo de subsecretario del Departamento del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera. Sus labores en este campo habían comenzado en 1999, aunque la especialización en el campo terrorista empezó a cobrar relevancia a partir de 2009.
En el marco de la lucha contra el Estado Islámico, Cohen se ha especializado en controlar las fuentes de financiación de dicha organización terrorista. En el Gobierno de Barack Obama le conocen como el "Batman Financiero" por su trabajo en la sombra, alejado de los focos y del ruedo político.
Su responsabilidad en la Casa Blanca dependía formalmente del Departamento del Tesoro, pero la Hacienda estadounidense le otorgó manga ancha para actuar, de facto, como un enlace entre dicha rama y otras áreas ligadas a su campo de investigación.
La estrategia que ha seguido Cohen desde que se le encargó la tarea de luchar contra la financiación del Estado Islámico está marcada por la fijación de objetivos a largo plazo. "No hay una bala de plata que nos permita un final rápido para este problema. Necesitamos entre dos y tres años para destrozar todas las vías de financiación que les mantienen en pie", reconoció en una conferencia sobre esta materia.
Para impulsar su agenda contra la financiación del terrorismo, Cohen realiza una veintena de viajes al extranjero a lo largo del año. Catar y Arabia Saudí han sido dos de sus destinos más recurrentes en los últimos tiempos. No en vano, con permiso de Kuwait, buena parte de las donaciones que ha recibido ISIS salieron de ambos países.
Una figura clave
Hijo de un médico, criado en Boston, educado en Cornell y casado con una compañera de estudios en la Universidad de Yale, Cohen tiene dos hijos y se describe en las páginas del New York Times como "un profesional super-compulsivo, incapaz de cerrar el correo electrónico hasta haber leído y clasificado todos los mensajes recibidos".
En pleno siglo XXI, la proliferación de conflictos asimétricos otorga una especial importancia a la lucha contra la economía del terrorismo. "A menudo, las primeras medidas que se toman son sanciones. De hecho, estamos viendo que, sin estar en una guerra abierta con ISIS, ya le dedicamos muchos recursos a evitar que sigan enriqueciéndose a base de vender petróleo, confiscar recursos y recibir donaciones", explica Cohen.