El conflicto en IBM España se recrudece. Ya no es sólo una pelea entre trabajadores y empresa. En las oficinas de la compañía norteamericana en España, también sube la tensión entre los empleados. La sentencia del Tribunal Supremo en la que obliga a la empresa a recuperar el Plan Tradicional de pensiones que se había reemplazado en 1993 y el consiguiente ERE con el que ha respondido la dirección para recortar los costes han abierto la caja de los truenos.
Para empezar, ha llegado el primer palo: el comunicado oficial en el que se anuncia la rebaja del 10% para todos los empleados a partir del próximo 1 de diciembre ya está en la bandeja de entrada del correo de los trabajadores. Y los representantes de los trabajadores van a responder con la convocatoria de una huelga que se anunciará en los próximos días y que podría coincidir con uno de los eventos más importantes que IBM tiene cada año y que en esta ocasión se celebra el próximo día 25 de noviembre en Madrid. Un portavoz del Comité de Empresa de la compañía asegura a Libre Mercado que no hay todavía una fecha cerrada pero que o mucho cambian las cosas o "habrá huelga".
Además, en medio de todo el lío, se ha llegado a una situación de enfrentamiento directo entre los trabajadores. Como explicaba Libre Mercado hace unos días, la empresa envió un correo electrónico a todos los empleados con la contraoferta al ERE que el Comité había rechazado. Ofrecía no aplicar la rebaja salarial, implementar un nuevo plan de pensiones en sustitución del antiguo y cambiar los despidos por bajas voluntarias.
Y aquí es donde aparece la última polémica. El Comité de Empresa (controlado por CCOO) convocó una Asamblea informativa para explicar su posición, pero se negó a que los asistentes votaran a favor o en contra de la oferta de la empresa. Los sindicatos se han negado en redondo a dar la voz a los empleados. Mientras tanto, las fechas avanzan y el ERE, con despidos y reducción de sueldo, cada vez está más cerca.
Divididos
Lo primero que hay que apuntar es que no está claro que más del 50% de la plantilla esté a favor de aceptar la oferta de la empresa… aunque tampoco lo contrario. Es decir, el Comité no convoca a sus compañeros, pero no porque sepa que seguro que perderá, sino porque no quiere abrir la puerta a esa posibilidad. En realidad, desde dentro de la empresa todas las voces que han hablado con Libre Mercado repiten la misma historia: la compañía está dividida en dos, entre aquellos empleados que salen ganando con la recuperación del Plan Tradicional (sobre todo los más veteranos) y aquellos otros que tienen miedo por su puesto de trabajo y por sus ingresos.
La clave está en las diferencias entre los dos tipos de planes. El Plan Tradicional es de prestación definida: la empresa promete a su empleado que le complementará la pensión cuando se jubile. Resumiendo mucho (no en todos los casos es así), IBM garantizaba a sus trabajadores que a partir de los 60 años les pagaría el equivalente al 80% de su último sueldo (pudiendo, incluso, adelantar la pre-jubilación a los 55 años), incluyendo un complemento a la pensión pública desde el momento en que se jubilen.
Mientras, el Plan Alternativo que se creó en 1993 es de contribución definida: la empresa paga al fondo que elija el trabajador una cantidad cada mes (hasta un 7,5% del salario mensual) y ese dinero es del empleado, que puede llevárselo si cambia de compañía.
Como vemos, no es que uno sea mejor que el otro en términos absolutos: cada uno tiene ventajas que pueden venir bien a los empleados según su situación personal. A primera vista, el Plan Tradicional parece mucho mejor, porque te asegura una pre-jubilación dorada y un complemento a la pensión pública una vez que llegues a los 65 años. Pero a cambio, si el trabajador cambia de empresa, pierde casi todos sus derechos. Mientras tanto, lo acumulado en el alternativo es suyo, porque IBM lo que está haciendo en realidad es alimentar un fondo de pensiones normal y corriente con las aportaciones mensuales.
Por eso, dentro de este conflicto la posición de cada uno depende de su situación personal. Los empleados con más años en la compañía y que ven cerca los 55-60 años que les dan derecho a pre-jubilarse no quieren ni oír hablar de acabar con el Plan Tradicional. Les dan igual la alternativa de la empresa, las reducciones de sueldo o incluso los despidos. Para ellos la clave es llegar a la edad mágica en la que puedan acceder a esos enormes beneficios. Se está dando la situación de responsables de departamento que están presionando a sus trabajadores para que estos ¡se pongan en contra de la empresa! Y es que hay muchos jefes en la calle Santa Hortensia (sede de IBM en Madrid), con 50-55 años, para los que la vuelta al Plan Tradicional ha sido como un regalo caído del cielo.
Enfrente, los trabajadores más jóvenes lo ven desde una perspectiva muy diferente. Alguien que tenga 30-35 años intuye que es imposible que pueda disfrutar de esos beneficios. Sea como sea el resultado de esta batalla, está claro que el Plan Tradicional no resistirá dos décadas más. Por eso, no está dispuesto arriesgar su empleo (si entra dentro del cupo de los despidos) y a perder en cualquier caso el 10% del sueldo por defender un Plan cuyas principales ventajas no disfrutará. Es más, si está pensando en cambiar de puesto de trabajo o cree que existe esa posibilidad, el Plan Alternativo es mejor. Y más aún teniendo en cuenta que la empresa ha ofrecido mejorar las condiciones, para que la aportación mensual sea algo más elevada que la que había hasta ahora.
Un acuerdo muy complicado
En este punto, varios trabajadores de IBM consultados han explicado a Libre Mercado que la discusión gira en torno a varios puntos de difícil acuerdo. El primero sería cómo contabilizar los derechos adquiridos hasta el 31.12.2015. IBM tiene que acatar la sentencia del Supremo y la postura oficial es que acepta que todos sus empleado estén cubiertos hasta el Plan Tradicional. Pero la clave reside en cómo se aplica eso. ¿Cuánto valen los derechos no pagados desde 1993? ¿Cómo se compensan con lo cobrado a través del Plan Alternativo? Imaginemos a un empleado que entró en el año 2000 con el Plan Alternativo. Por un lado, ha estado recibiendo dinero en su cuenta de pensiones. Por otro, la sentencia dice que ese Plan Alternativo es nulo y que, por lo tanto, tiene que cambiar al Plan Tradicional. Simplificando mucho, lo que tendría que hacer es calcular cuánto corresponde a uno y otro plan (lo percibido realmente y lo que habría tenido que percibir). Para casi todos los empleados, la última cifra será mucho más alta, por lo que la empresa les debe dinero. Pero calcular la cifra exacta puede hacerse de muchas formas y no hay acuerdo entre empresa y sindicatos. Se habla de arbitraje, pero no hay consenso en cómo afrontarlo.
Otro punto de fricción es cómo y quién cobra ese dinero por los derechos adquiridos en las últimas dos décadas, si cada trabajador a través de una cuenta individual o la empresa en un fondo común que luego irá transfiriendo a cada empleado cuando éste alcance los requisitos de permanencia en la empresa y jubilación del Plan Tradicional. Desde el Comité de Empresa de Madrid, un portavoz explica que su postura es que la empresa reconozca los "derechos históricos" de los empleados para que no se pueda tocar ese dinero en el futuro. Es decir, que ponga a nombre de cada uno el dinero que se ha devengado desde 1993 (y que en teoría se tenía que haber provisionado), para que, además, los empleados puedan reinvertirlo. La empresa lo que busca es mantener ese fondo en su poder, entre otras cosas porque el coste para sus arcas en estos momentos sería mucho más reducido (iría pagando a cada empleado de forma individual según éste se jubile no todo de golpe).
Por último, está el tema de las prejubilaciones y las pensiones garantizadas. Para muchos trabajadores es el punto clave. Un empleado de IBM lo resume con total claridad en la siguiente conversación con Libre Mercado:
- Empleado IBM: "Hay gente que no quiere renunciar ni ahora ni nunca al plan tradicional"
- LM: "Tiene sentido, si el 31-12 se acaba el plan, casi lo de menos es cuánto le reconozcan a uno de dinero... Lo grave es que no se podrá prejubilar con 55-60 años como quería. A los que tengan cerca de esa edad les debe sentar fatal"
- Empleado IBM: "Si. Y muchos solo están pensando en eso. Diría que todos los que tienen más de 50 años"
Huelga y votaciones
En este punto, todos los empleados consultados por Libre Mercado coinciden en varios aspectos. El primero es que la empresa "lo ha hecho muy mal", dejando que se pudriera un conflicto que viene desde 1993. Las condiciones del Plan Tradicional son insostenibles en el mercado, en eso hay un cierto consenso dicen, pero no puedes tirarte 20 años sin cerrar un acuerdo sobre un tema que tiene unas repercusiones económicas tan graves.
En segundo lugar, que el conflicto está dejando heridas muy profundas en la empresa. "Cualquier día hay bofetadas" en los pasillos, nos auguraba uno de ellos. Como hemos apuntado, los intereses de los empleados son muy diferentes según su edad o antigüedad y no es sencillo que alguno ceda. Por ahora, sólo hay un puñado de claros vencedores: los que se han podido pre-jubilar y los que lo harán antes del 31 de diciembre de 2015 gracias a que han pasado del Plan Alternativo al Tradicional.
Por último, está el tema de las votaciones. El Comité está decidido a que no se realicen. A uno de los empleados consultados por Libre Mercado y que quería someter la oferta de la empresa a votación, le explicaron que no se realizaría con el argumento de que"la empresa les iba a engañar con sus ofertas". No todos lo aceptan y hay quien ha organizado una recogida de firmas para intentar cambiar esta posición.
Desde el Comité, explican a Libre Mercado que "la votación está vacía de contenido porque ninguno de los posibles resultados es útil para los trabajadores". Aseguran que si hay un acuerdo con la empresa lo someterán a votación, pero que no piensan poner sobre la mesa la oferta de la compañía, entre otras cosas porque ésta no aceptaría un resultado contrario a sus intereses. Además, afirman que un acuerdo en los términos planteados por IBM no se acabaría con el conflicto, porque cualquier empleado que se sintiera perjudicado podría impugnar el acuerdo en lo que le toca (por ejemplo, alguien al que le falten dos meses para jubilarse el 31 de diciembre y vea que esa opción se evapora). El problema con este argumento es que si es cierto, como defienden los representantes de los trabajadores, que su oferta es mucho mejor que la de la Compañía, no debería haber miedo a someterla a votación. Hay empleados que sienten que han sido tomados como rehenes entre las dos partes y que no tienen alternativa para hacer oír su voz.
Mientras tanto, las negociaciones continúan. En los pasillos de Santa Hortensia los rumores se multiplican. Ahora se habla de uno de los primeros documentos puestos encima de la mesa por el Comité, hace varios meses y que la empresa estaría dispuesta a renegociar. Los sindicatos están decididos a no aflojar: "Si cedemos ahora, habrá un ERE cada año", aseguran. Y no está claro qué decidirá la matriz desde EEUU. El problema es que, aunque muchos empleados asumen que en el mercado actual las condiciones del Plan Tradicional son insostenibles para competir con las nuevas empresas..., renunciar a las mismas es muy complicado, porque son cifras muy jugosas. Por eso, lo único que parece seguro (salvo un giro de 180º en los acontecimientos) es que IBM España vivirá una huelga en los próximos días. No es una situación muy habitual en el gigante azul.