El Tribunal de Cuentas de la Unión Europea acaba de publicar su informe de evaluación del presupuesto comunitario. De acuerdo con este documento, un 5,5% de los 142.500 millones de euros que desembolsaron las instituciones comunitarias en 2014 fue utilizado de manera irregular.
Esta cifra equivale a unos 8.000 millones de euros consignados a pagos que no debieron realizarse. No obstante, Bruselas ha conseguido recuperar parte del fraude exigiendo los correspondientes reembolsos, por lo que la cifra neta de pagos irregulares desciende hasta niveles del 4,5%, lo que supone alrededor de 6.500 millones de euros.
Esta cifra está por debajo del 4,7% observado en 2013 pero supera holgadamente el mínimo del 3,3% registrado en 2009. El informe desglosa los ámbitos de fraude:
- Los principales capítulos en los que se detectan irregularidades están en los presupuestos de "cohesión económica, social y territorial". El 5,7% de los 55.700 millones dedicados a esta partida fueron empleados de manera indebida.
- A continuación nos encontramos con el apartado de "competitividad para el crecimiento y el empleo": el 5,6% de los 13.000 millones dedicados a este concepto fueron usados de manera incorrecta. Por último, la partida de recursos naturales, que supone 57.500 millones, supuso el 3,6% de los casos analizados.
- Incluso en el gasto administrativo se observan algunos ejemplos de gastos irregulares. Sobre los 8.800 millones de euros de presupuesto, el Tribunal de Cuentas comunitario ha detectado desembolsos inapropiados por valor del 0,5% del total.
La necesidad de un cambio radical
En su informe sobre las cuentas de 2014, el ente auditor ha reclamado la adopción de "un enfoque totalmente nuevo" a la hora de ejecutar las inversiones y los gastos comunitarios. Un punto clave es el de exigir los reembolsos correspondientes cuando se detectan irregularidades: sin este tipo de procesos, el desfase final en 2014 habría alcanzado los 8.000 millones en vez de los 6.500 que quedarán anotados en los libros.
El Tribunal tiene claro que "se podrían haber corregido más errores", por lo que insta al Ejecutivo comunitario "a hacer pleno uso de sus competencias para reducir el fraude y recuperar los fondos gastados de manera inadecuada".
"La UE debe invertir mejor su dinero y asegurar que sus inversiones se ajustan a sus prioridades. Hacen falta normas más simples y una gestión más eficiente de los recursos", admite el presidente del organismo auditor, Vítor Caldeira.