Si Pablo Iglesias gana las próximas elecciones o si los votos de su partido sirven para apoyar al nuevo presidente (previsiblemente, en este caso, Pedro Sánchez) los españoles pagarán más impuestos. El programa de Podemos para las próximas elecciones generales promete fuertes subidas en todos los grandes tributos: IRPF, Sociedades, Patrimonio, Sucesiones, Impuestos Especiales… Incluso en el IVA (a pesar del discurso oficial) no queda claro si los movimientos de tipos acabarán suponiendo una subida o bajada para el hogar medio. Es más, la formación morada no se queda ahí y también promete la creación de un buen puñado de tasas y nuevos impuestos.
Sin embargo, con todo y con eso, puede que no sea éste el principal peligro para el bolsillo del contribuyente medio. Escondido entre el resto de las propuestas económicas está el diseño del sistema de pensiones que, si Podemos llega al poder, sufrirá importantes modificaciones respecto al modelo vigente. Y ahí sí puede intuirse un fuerte varapalo fiscal para los trabajadores españoles.
El partido de Pablo Iglesias quiere cambiar los fundamentos del sistema, acelerando la marcha hacia un modelo asistencial y eliminando buena parte de su carácter contributivo. Además, asegura que derogará las dos últimas reformas de las pensiones aprobadas por PP y PSOE, lo que implicaría disparar el gasto de forma inmediata. ¿Cómo se financiará? Vía impuestos. No está nada claro que un sistema así pudiera ser sostenible a medio plazo, pero Podemos lo intentará aunque sea a costa de disparar los ya elevadísimos costes laborales españoles (hay que recordar que los costes no salariales que soportan las empresas están entre los más elevados de Europa).
La reforma en tres pasos
Los cambios que plantea Podemos podrían resumirse en tres pasos:
1. Más gasto: en esta cuestión hay que reconocer que Iglesias y los suyos han sido coherentes desde que nacieron. Todas sus propuestas van dirigidas a elevar los gastos del sistema público de pensiones. En este sentido, en el programa, incluyen la promesa de "derogar la reforma que aprobó el PSOE en 2010, restableciendo la edad de jubilación en los 65 años y derogar la reforma de las pensiones que aprobó el PP en 2014 recuperando la indexación al IPC". Además, aseguran que diseñarán "una estrategia que permita el aumento progresivo de las pensiones no contributivas a lo largo de los cuatro años de la legislatura".
Son propuestas algo más moderadas que las que se incluían en anteriores programas. Por ejemplo, en el programa electoral de las europeas de 2014, Podemos prometía adelantar la edad legal de jubilación a los 60 años y hace unas semanas, en su debate con Albert Rivera, Iglesias mantenía esta cifra como objetivo y aseguraba que en cualquier caso intentarían los 63 años. Pero aún así, implicarían un fortísimo aumento del gasto de la Seguridad Social.
Además, este incremento sería inmediato, desde el momento en el que se aprobasen las medidas. Y hay que recordar que la hucha de las pensiones está cada vez más vacía. Entre 2011 y 2014, el Fondo de Reserva ha dedicado más del 40% de sus activos a pagar las prestaciones que las cotizaciones no alcanzaban a financiar. En 2015, la previsión es que sacará unos 8.000 millones y 6.000 millones más en 2016. Eso sin contar las promesas de Podemos.
2. Más impuestos y cotizaciones: evidentemente, salvo que se produzca un milagro en el mercado laboral, millones de españoles encuentren un empleo en 2016 y comiencen a cotizar, las cuentas no salen. Para pagar sus promesas Podemos tendrá que recurrir a los contribuyentes. Los redactores del programa lo asumen y proponen una batería de subidas de impuestos y cotizaciones sociales.
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Autónomos: Podemos propone establecer "cuotas a la Seguridad Social porcentuales y progresivas en función del rendimiento neto". Es decir, se acabó lo de cotizar por el mínimo (los 265 euros de 2015) o que cada uno elija la base de cotización. Para la gran mayoría de los autónomos una medida como ésta supondrá un enorme incremento en los costes.
Los otros tres grandes partidos (también PP, PSOE o Ciudadanos) han abierto la puerta a esta posibilidad. Pero ninguno como Podemos lo ha afirmado con esta contundencia. Los demás insinúan que lo irán aplicando poco a poco. La formación morada lo promete desde el día uno.
Y un detalle: todos los partidos (también Podemos) meten la propuesta dentro del capítulo de ayudas a los emprendedores y a los pequeños autónomos. Porque es cierto que para aquellos que facturen poco la medida sería de ayuda (aunque ya hay bonificaciones para los nuevos autónomos). Pero la realidad es que la gran mayoría de los autónomos, sobre todo aquellos que cotizan y están creciendo como empresarios por cuenta propia, se llevarían un gran palo fiscal. Los expertos siempre han alertado de que una medida como ésta dispararía la economía sumergida (a menos facturación oficial, menos cotización) y que muchos autónomos intentarían eludir a Hacienda pasando a formar micropymes para facturar como Sociedades.
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Más impuestos: tampoco en este tema la formación de Pablo Iglesias está sola. El PSOE y el PP también han hablado de incrementar la parte de las pensiones que se financia vía impuestos. De hecho, es el camino seguido en los últimos años. Pero Podemos es el que más claro lo dice. Su programa pide "garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones introduciendo progresivamente la financiación por vía impositiva de las pensiones de naturaleza no contributiva y del incremento del gasto derivado del aumento en la esperanza de vida de las nuevas cohortes".
Es decir, que los contribuyentes tendrán que asumir todas las promesas hechas por Podemos a los pensionistas con subidas de los impuestos ya existentes o con la creación de nuevos tributos. Lo que apuntábamos en el punto 1 (las promesas de más gasto) no saldrán gratis. Alguien tendrá que pagarlas.
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Ataque a los planes de pensiones: la tormenta perfecta se completa con la propuesta de terminar con los pocos beneficios fiscales que tienen ahora mismo los planes de pensiones. Podemos no quiere que los españoles tengan otro sistema de ahorro para la jubilación que el público. Su líder reconoció en el debate con Rivera que él no tiene plan de pensiones. Lo confían todo a la Seguridad Social.
En este sentido, es coherente que propongan "fomentar la previsión colectiva de carácter público frente a la individual y eliminar los beneficios fiscales para la previsión complementaria individual como pueda ser el caso de los planes de pensiones privados". Esto supondría otra subida de impuestos para los ahorradores.
Luego, la otra derivada es cómo quedarán los pensionistas (sobre todos los de ingresos medios-bajos, que también son los que menos ahorren) si los cálculos de Podemos sobre el sistema público son equivocados. Éste es un tema que normalmente no se plantea cuando determinados políticos hacen estas afirmaciones sobre el sistema público y los fondos privados. Probablemente la cúpula de Podemos tenga unos ahorros-activos-fuentes de ingresos suficientes para pasar una vejez relativamente confortable. Pero sus votantes quizás no tengan tanta suerte. Todos aquellos que se fíen de Iglesias y no ahorren durante su vida laboral están vendidos. Cuando lleguen a los 65 años no tendrán tiempo de rectificar. Si la pensión pública no es lo que esperan, sólo podrán aguantarse.
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Sin bases máximas: la última es una propuesta que dispararía los costes de los trabajadores de más nivel y sueldo, destrozando su competitividad. Podemos pide "eliminar el tipo máximo a las cotizaciones". Esto quiere decir que todo el mundo pagaría el 28,3% de su sueldo gane lo que gane, sin el tope de 3.606 euros al mes previsto hasta ahora. A todos aquellos que tengan un salario superior a esta cifra les tocaría pagar (a ellos y a sus empresas) una cotización más elevada.
Eso sí, eliminar el tope a las bases máximas de cotización no implicará eliminar el tope a la pensión máxima. Se cotizará mucho más, pero no se generan más derechos a cobrar una prestación más elevada.
3. El cambio en el sistema: todo lo anterior no es sólo una cuestión de sumas y restas, de más ingresos o gastos. En su conjunto, las propuestas de Podemos implican un cambio sustancial en el sistema público de pensiones. El resumen es que se cotizará mucho más a través de múltiples vías, pero las prestaciones no subirán en la misma proporción. Las únicas que el partido se compromete a subir por encima de la media son las no contributivas.
Desde hace años, los expertos denuncian la reforma silenciosa del sistema público, que está pasando de un modelo contributivo (tanto aportas a lo largo de tu vida laboral, tanto recibes cuando te jubilas) a uno asistencial (con muy pocas diferencias entre las pensiones más altas y más bajas). Ningún partido lo reconoce, pero todos lo aplican cuando están en el poder, fundamentalmente con los cambios en los topes en las pensiones máximas y las bases máximas.
Podemos da un paso más allá y promete romper todos los diques en este sentido. Si se adoptan todas sus medidas, la relación entre lo cotizado y lo cobrado se desplomará. Es una alteración radical con consecuencias muy relevantes. No sólo es una cuestión de si es más justo o injusto que los que más cotizan casi cobren lo mismo que los que menos (eso lo tendrá que juzgar cada uno). Es que supone un cambio en la misma base del sistema de incentivos sobre el que se supone que descansa la Seguridad Social. Desde siempre, los partidos han repetido la idea de que las cotizaciones eran algo así como un ahorro para el futuro. En un sistema de reparto, esto no es cierto (porque no hay ahorro, cada mes se pagan las pensiones con las cotizaciones cobradas), pero hasta ahora se mantenía la ficción. Pero ¿cómo convencer a alguien de que debe seguir cotizando (y no trabajando en negro, por ejemplo) si sabe que ese esfuerzo no servirá de nada?