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El 'modelo Garzón': una España sin futbolistas, científicos, directivos ni profesionales

La propuesta de IU de imponer un salario máximo expulsaría a 600.000 trabajadores altamente cualificados. La elite del país.

La propuesta de IU de imponer un salario máximo expulsaría a 600.000 trabajadores altamente cualificados. La elite del país.
Alberto Garzón y Cristiano Ronaldo | Archivo

¿Se imagina que España amaneciese un día sin deportistas de elite, sin sus científicos e ingenieros más prestigiosos, sin cirujanos, sin sus artistas más conocidos, sin sus directivos más exitosos…? En definitiva, ¿se imagina un país en el que de la noche a la mañana desaparecieran sus mejores profesionales?

Sería una catástrofe y, sin embargo, es justo lo que lograría IU, el partido que lidera Alberto Garzón, en caso de imponer el salario máximo que ha incluido en su programa para las elecciones generales de diciembre. La propuesta de IU consiste en prohibir que los trabajadores ganen más de diez veces el salario mínimo fijado por convenio en su empresa o, en última instancia, en caso de no existir convenio, el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que, en la actualidad, se sitúa en 648,60 euros al mes, en cuyo caso el tope máximo se situaría en unos 6.500 euros al mes.

Tal y como explicó Juan Ramón Rallo, esta idea generaría "un círculo vicioso que terminaría hundiendo la empresa y perjudicando especialmente a sus trabajadores menos cualificados, vía desempleo y salarios mermantes". Al prescindir de sus mejores directivos, las empresas perderían competitividad y, como consecuencia de unos beneficios cada vez más menguantes, los trabajadores acabarían cobrando menos o bien perdiendo su empleo.

Éste es, a grandes rasgos, el efecto de semejante ocurrencia, una medida inédita en el mundo desarrollado. Pero, ¿cuál sería su impacto inmediato y más directo? Para empezar, y tomando siempre como referencia el SMI, la prohibición de cobrar más de 6.500 euros al mes afectaría a un total de 600.000 contribuyentes, según datos de la Agencia Tributaria. Éste es el número de declarantes en IRPF con rendimientos superiores a 60.000 euros al año, tal y como muestra el siguiente cuadro.

Declarantes de IRPF por nivel de renta

En concreto, unos 533.000 declaran unos ingresos de entre 60.000 y 150.000 euros al año; casi 59.000 se sitúan en el rango de entre 150.000 y 601.000 euros; mientras que tan sólo 4.553 contribuyentes declararon unos rendimientos superiores a 601.000 euros en 2013 -últimos datos disponibles-.

Estos 600.000 contribuyentes apenas representan el 3% del total de declarantes del IRPF, pero aportan casi 19.000 millones de euros a las arcas públicas a través de esta figura tributaria, el 26,6% de la recaudación total. Es decir, las rentas más altas, el 3% de los contribuyentes, pagan casi el 27% de los ingresos públicos por IRPF.

Así pues, la exclusión de estos trabajadores supondría un quebranto para las cuentas públicas de 19.000 millones de euros al año, sin contar todos los efectos indirectos de dicho impacto. La contradicción en este punto es clara: por un lado, IU vende a la opinión pública que quiere disparar el gasto público en España mediante sustanciales subidas de impuestos a los ricos, pero, al mismo tiempo, pretende limitar por ley la existencia de ricos, puesto que ningún trabajador podría superar el salario máximo fijado. ¿De dónde sacaría, por tanto, IU toda esa recaudación extra que, en teoría, supondría la subida fiscal a los ricos?

Desaparición del mejor capital humano

Además, existe una segunda derivada a tener muy en cuenta. La limitación de salarios acabaría desatando una fuga masiva de capital humano. Muchos de esos trabajadores y profesionales altamente cualificados cuyos sueldos superan ampliamente dicho umbral no se contentarían con cobrar menos, como es lógico, optando así por salir de España. No en vano, dentro de esos 600.000 contribuyentes se incluyen directivos, científicos, empresarios, ingenieros, deportistas, artistas y profesionales de todo tipo que, en esencia, constituyen la elite del mercado laboral español.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el decil de trabajadores con sueldos más altos (decil 10) engloba a cerca de 1,4 millones de personas que cobran 3.353,8 euros al mes o más. Dentro de este grupo se situarían los 600.000 profesionales cuyos rendimientos superan los 60.000 euros anuales, potenciales afectados por el sueldo máximo de Garzón.

¿Quiénes son y a qué se dedican?

El perfil medio de este decil se compone de trabajadores con experiencia (más de 45 años), con un nivel de formación muy alto (estudios superiores y doctorados), que trabajan a tiempo completo, con contrato indefinido y con varios años en la empresa (empresas medianas y grandes, en su mayoría).

En cuanto a la actividad que desempeñan, los sueldos más altos se concentran en actividades financieras y de seguros, suministro de energía, industria; información y comunicaciones. Su ocupación principal, por otro lado, es la de "Directores y gerentes de empresas" (directivos), "Técnicos y profesionales científicos e intelectuales", "Técnicos, profesionales de apoyo", entre otros.

Sueldos medios más altos por actividad profesional

¿Qué harían Cristiano Ronaldo, Messi o Pablo Isla?

Pero más allá de los números, ¿quién está realmente detrás de esas cifras? Lo más granado del mercado laboral español, desde deportistas de elite, a científicos, artistas y ejecutivos de cuya labor dependen millones de trabajadores en la empresa privada.

¿Acaso se conformarían las grandes estrellas de la Liga con ganar diez veces lo que cobra el futbolista con menos sueldo o el empleado de menor rango salarial de su club? Cristiano Ronaldo gana 18 millones de euros limpios al año en el Real Madrid, sin contar sus jugosos ingresos publicitarios y de imagen, mientras que Messi percibe cerca de 20 millones al año en el Barça, es decir, cerca de 1,6 millones netos al mes en ambos casos. La propuesta de IU implica que pasarían a cobrar unas 250 veces menos en el peor de los casos -tomando como referencia el tope máximo de 6.500 euros citado anteriormente-... Y su automático fichaje por otros equipos extranjeros.

No son los únicos, los jugadores de Primera división ganan una media de 1 millón de euros limpios al año (más de 83.000 euros al mes). La Liga de las Estrellas, simplemente, desaparecería de un plumazo. ¿O es que acaso Garzón plantearía una excepción con los futbolistas, discriminando así al resto de trabajadores? ¿Haría lo mismo IU con los intelectuales y artistas -músicos, actores o escritores, entre otros- cuyos ingresos son también muy elevados?

¿Y los directivos? Los directores y ejecutivos son los responsables de la buena o mala marcha de una empresa, de ahí sus altas remuneraciones... Una dirección errónea, con peores directivos al frente, se acabaría traduciendo en menos beneficios, pérdidas y, en última instancia, la quiebra de la compañía, con la consiguiente reducción de salarios a todos los trabajadores o, en el peor de los casos, el despido de los mismos.

No en vano, ¿cuánto valdría hoy Inditex sin Amancio Ortega y Pablo Isla, artífices de su éxito, al frente? ¿O sin directivos de similar valía y, por consiguiente, altamente remunerados? ¿Seguiría aumentando sus ventas e incrementando sus beneficios para poder abrir más tiendas, expandir sus negocios y, como consecuencia, no sólo mantener a 140.000 empleados en medio mundo, sino contratar a más personal y subir sus sueldos?

El modelo salarial de Garzón, en definitiva, no es más que una versión light de la economía planificada de toda la vida… Un sistema que tienda a la igualación de salarios para todos los trabajadores con independencia de su valía, capacidad y productividad, lo cual se acabaría traduciendo en sueldos bajos o muy bajos para todos, excepto para la elite gobernante y sus palmeros.

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