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Los argumentos de la industria cárnica contra el alarmismo de la OMS

Las principales patronales cárnicas rechazan enérgicamente la nueva clasificación de la carne roja y la carne procesada de la OMS.

Las principales patronales cárnicas rechazan enérgicamente la nueva clasificación de la carne roja y la carne procesada de la OMS.
Una charcutería | DIA

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto contra las cuerdas a la industria cárnica europea. El organismo ha elaborado un informe en el que clasifica a la carne procesada como un elemento cancerígeno tan peligroso para la salud como el tabaco, el arsénico o el amianto. Todos están incluidos en el grupo 1.

Según la institución, el bacon, las salchichas, las hamburguesas y algunos embutidos aumentan el riesgo de cáncer de colon. Pero la OMS también ha puesto en entredicho la carne roja (vaca, cordero, buey…) y la ha clasificado como un carcinógeno "probable", los del grupo 2A. Tras conocerse la reclasificación de la institución, el asunto se convirtió en lo más comentado de las redes sociales.

La industria cárnica carga contra el informe

La reacción del sector cárnico tampoco se hizo esperar. Inquietos por el daño que puede hacer la OMS a su actividad, las principales patronales de la industria cárnica española firmaron una declaración en la que recuerdan que "existe amplia evidencia científica que demuestra los beneficios del consumo de carne dentro de una dieta saludable".

La carne y los productos cárnicos "son una fuente esencial de nutrientes. Son una extraordinaria fuente de proteínas de alto valor biológico, así como una gran fuente de aminoácidos esenciales; de vitaminas del grupo B, como la vitamina B12 que contribuye al funcionamiento normal del sistema inmune, y de minerales como el hierro, que ayuda a reducir el cansancio. Por lo tanto, la carne y los productos cárnicos tienen un valor nutritivo muy importante, difícilmente sustituible por otros productos en nuestra ingesta diaria".

Así, las asociaciones de porcino de capa blanca (Interporc), la de cerdo ibérico (Asici), la de ovino y cabrito (Interovic) y la de carne de vacuno (Provacuno) emitieron un comunicado en el que "rechazan enérgicamente la nueva clasificación" del riesgo carcinogénico de las carnes rojas y los productos cárnicos.

El sector considera "inadecuado atribuir a un factor individual un mayor riesgo de cáncer". Para ellos, "éste es un tema muy complejo y depende de una combinación de factores como la edad, genética, dieta, medio ambiente y estilo de vida".

Entre las afirmaciones más alarmantes de la OMS está la de que comer 50 gramos de carne procesada al día, una cantidad equivalente a menos de dos lonchas de bacon, incrementa la posibilidad de sufrir cáncer colorectal en un 18%.

Según ha recordado la industria, el consumo real de carne y productos cárnicos en la UE es de 24 gramos al día de media, una cantidad "considerablemente inferior a lo que podría considerarse como ingesta diaria alta (más de 50 g/día)". Por lo tanto, el sector europeo de carne aconseja "mantener el actual consumo promedio de carnes y productos cárnicos, ya que, como con cualquier otro alimento, un consumo excesivo nunca es apropiado".

Para la industria, la clasificación de los productos en el grupo 1, donde se incluyen los cancerígenos para los humanos, "no incluye evaluación de riesgos", lo cual significa que "no ha tenido en cuenta la exposición real a las sustancias con relación a su potencial para causar cáncer".

De hecho, según la industria, el riesgo relativo (RR 1,18) de cáncer derivado del consumo de productos cárnicos "es menor que el producido por otros factores de riesgo: enfermedades de colon, IMC (índice de masa corporal), falta de actividad física y tabaco". Además, "factores ambientales (aire exterior e interior, contaminantes, así como contaminantes de suelo y del agua de bebida) han mostrado valores de riesgo mucho mayores (RR 2-41) en diferentes tipos de cáncer".

"Durante muchos años, el sector europeo de la carne ha estado trabajando tanto en reformulación como en procesos de elaboración para mejorar la composición nutricional y optimizar el valor nutritivo de los productos cárnicos con el fin de ofrecer, entre otros, productos con bajo contenido en sal y en grasa.

Además, el sector cárnico europeo cumple estrictamente los estándares legislativos y respeta los límites aplicables a los aditivos dentro del marco legal, y, al mismo tiempo, está destinando constantemente recursos a innovación para reducir el uso de aditivos y optimizar los procesos de fabricación y los ingredientes utilizados", concluyen.

Daño al sector porcino español

El sector porcino es clave para la economía española y también es uno de los más perjudicados por el informe de la OMS. Y es que nuestro país es el segundo gran productor europeo de porcino, sólo por detrás de Alemania, y el cuarto mayor productor mundial de este tipo de carne (por detrás de China, EEUU y la propia Alemania).

Dentro de las producciones ganaderas, ocupa el primer lugar en cuanto a su importancia económica representando el 34,2% de la producción final ganadera. Es, por tanto, el sector más importante de nuestra ganadería.

"Un estudio alarmista"

Para la doctora Carmen Gómez Candela, endocrinóloga y jefa de la Unidad de Nutrición del Hospital Universitario La Paz, la actuación de la OMS también tiene muchas deficiencias. "Lo han intentado vender como una novedad y no lo es. Desde hace años, la comunidad médica está recomendando un consumo moderado de la carne, sobre todo, de la procesada", explica la doctora a Libre Mercado.

Entre las controversias del informe, Carmen Gómez, destaca la falta de concreción al referirse a los distintos tipos de carne, ya sea procesada o no. "¿Dónde quedan las aves o la carne roja de cerdo? No lo sabemos, es todo muy general", asegura. En la actualidad, se recomiendan dos ingestas de cárnico magro (lomo, pollo...) a la semana y "no creo que se deba disminuir", aclara.

Para la experta, "el informe ha quedado muy alarmista. No se trata de que la gente deje de comer carne, simplemente de que lo haga de una forma moderada". La doctora Gómez cree que el texto está enfocado más "a la población americana que a la europea, que tiene un consumo más elevado que nosotros".

"Hay muchos factores que están relacionados con el cáncer y no se puede individualizar. Por ejemplo, las personas que consumen más carne también suelen tener peores hábitos de vida en otros aspectos", asegura.

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