Los compradores irlandeses podrán desde este miércoles acordar con el vendedor el redondeo de los precios con el fin de reducir la cantidad de monedas de uno y dos céntimos que están en circulación en este país.
El proyecto ha sido diseñado por el Banco Central Irlandés (ICB), que prevé que los consumidores se acostumbren rápidamente a esta práctica voluntaria.
La iniciativa ya fue probada con éxito en el condado de Wexford en 2013, al sureste de Irlanda, mientras que otros países europeos, como Holanda, Suecia, Finlandia, Dinamarca o Hungría, ya lo aplican desde hace tiempo.
"Los consumidores puede que se sorprendan al principio, pero a juzgar por la experiencia en Wexford, adoptarán el redondeo muy rápidamente", dijo hoy el economista del ICB Ronnie O'Toole en un comunicado.
Desde la introducción del euro en Irlanda en 2001, las arcas del Estado han gastado 37 millones de euros en la emisión de monedas de uno y dos céntimos, es decir, a un ritmo tres veces mayor que el de la zona euro.
Las autoridades monetarias irlandesas esperan ahora que con el redondeo se ponga fin a la "acumulación" en los hogares de este país de las piezas comúnmente llamadas "cobres", que no obstante, continuarán en circulación.
Según el ICB, la práctica del redondeo, al alza o a la baja, no se hará extensible a las transacciones efectuadas con tarjeta de crédito, cheques o transferencias electrónicas.
Solo será aplicable, explicó el banco emisor, a los pagos efectuados en metálico sobre una factura final, en lugar de a cada artículo comprado por el consumidor.
Por ejemplo, si la factura final de una compra acaba en uno, dos, seis o siete céntimos el redondeo se efectuará a la baja, mientras que la acabada en tres, cuatro, ocho o nueve se hará a la alza, apuntó el ICB.