Juan Carlos I y algunos miembros del Gobierno se han puesto en contacto con Ana Botín –Santander- e Isidro Fainé –Caixabank-, entre otros presidentes de bancos, para pedir "sensibilidad" con Abengoa ante su dificilísima situación financiera, según informa El Confidencial.
El rey emérito tiene una relación muy cercana con los dueños de la empresa de ingeniería, la familia Benjumea. Los empresarios sevillanos fueron premiados por Juan Carlos I con el marquesado del Pueblo de Cazalla en 1994 y, posteriormente, Carlos de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma fue nombrado consejero de una filial de la compañía, Abengoa Solar. En esa subsidiaria también entró el jefe de Casa Real, Alberto Aza, y el hijo de este, en la filial de bioenergía.
La llamada de Juan Carlos I fue atendida por los integrantes del llamado "G-5", formado por Santander, Caixabank, Banco Popular, Banco Sabadell y Bankia. También habrían participado el director del Gabinete de la Presidencia, Jorge Moragas, o, según otras fuentes, miembros del Ministerio de Hacienda, dirigido por Cristóbal Montoro, cuyo exsocio de despacho profesional Ricardo Martínez Rico se sienta en el consejo de administración.
Además, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, habría jugado un papel mediador que algunos consideran "clave" para evitar el descalabro del grupo, una misión a petición de los Benjumea que supuso un acercamiento de la dirigente socialista a Ana Botín.