La Organización Mundial de la Salud (OMS) pone en jaque a la industria cárnica española, especialmente la porcina. El organismo ha elaborado un informe en el que ha clasificado a la carne procesada como un elemento cancerígeno tan peligroso para la salud como el tabaco, el arsénico, el amianto o el alcohol. Todos ellos están en el grupo 1.
Así, según la institución, el beicon, las salchichas, las hamburguesas y algunos embutidos, como el jamón o el chorizo, aumentan el riesgo de cáncer de colon. De acuerdo con los científicos, comer 50 gramos de carne procesada al día, una cantidad equivalente a menos de dos lonchas de bacon, incrementa la posibilidad de sufrir cáncer colorrectal en un 18%.
Pero la OMS, también pone en su punto de mira a la carne roja (vaca, cordero, buey…) y la ha clasificado como un carcinógeno "probable", que son los que se sitúan en la lista del grupo 2A.
Esta reclasificación por parte del organismo internacional podría afectar seriamente al sector cárnico español en general y al porcino en particular
El segundo productor de porcino de Europa
El sector porcino español es clave para la economía española. Tanto es así que España es el segundo gran productor europeo de porcino, sólo por detrás de Alemania, y el cuarto mayor productor mundial de este tipo de carne (por detrás de China, EEUU y la propia Alemania).
En términos de producción agraria, este sector representa en nuestro país el 12,4%. Dentro de las producciones ganaderas ocupa el primer lugar en cuanto a su importancia económica representando el 34,2% de la Producción final ganadera. Es, por tanto, el sector más importante de nuestra ganadería.
Según los datos del Ministerio de Agricultura, las exportaciones de porcino en 2014 registraron un nuevo récord histórico, superando las 1,5 millones de toneladas exportadas, "a pesar de las restricciones impuestas por el importante mercado ruso".
Además, se registró un aumento del 11% de las exportaciones totales, y del 33% en el caso de los envíos a países terceros, con respecto a 2013. El incremento fuera de la UE afecta principalmente a la carne (canales y piezas), y a despojos, que aumentan en un 48% y 25% respectivamente el volumen exportado. Eso si, descendieron las exportaciones extra comunitarias de tocino y grasa sin fundir (-10%), las partidas más afectadas por el veto ruso.
Japón y Corea del Sur son los mercados donde más han aumentado las importaciones procedentes de España a lo largo del año. China se mantiene como principal destino de las exportaciones españolas del sector, tras las restricciones impuestas por las autoridades rusas. Entre los destinos comunitarios de nuestras exportaciones destacan Francia (31%), Portugal (22%) e Italia (14%). Balanza comercial del sector positiva, en más de 3,1 millones de euros.
Por comunidades autónomas, Cataluña es la mayor productora de porcino de nuestro país.
Cae el consumo del sector vacuno
El sector vacuno representa en nuestro país el 5,8% de la Producción Final Agraria de España. Dentro de las producciones ganaderas, es el tercero en importancia económica, por detrás del sector porcino y del sector lácteo, representando aproximadamente el 15,35% de la Producción Final Ganadera, y ocupando el quinto puesto europeo en importancia productiva.
En los últimos 5 años, y tras varios años de caídas, la cabaña nacional de vacuno está estabilizada en torno a las 6 millones de cabezas de ganado.
A lo largo del año 2013, España mantuvo el quinto lugar en el conjunto de la Unión Europea en cuanto a censo y producción, por detrás de países con una larga tradición en este sector como Francia o Alemania que ocupan las primeras posiciones seguidas de Italia.
Por Comunidades Autónomas, el primer lugar en número de efectivos, lo ocupa la Comunidad Autónoma de Castilla y León (21%), seguido de Galicia (16%), Extremadura (13%), Cataluña (10%) y Andalucía (9%).
El consumo de este tipo de carne sigue la línea descendente de los últimos años, por lo que la decisión de la OMS no haría más que agravar su situación.
La coyuntura de crisis económica ha jugado en contra de una carne con un precio superior en el mercado a las obtenidas de otras especies ganaderas. Según los últimos datos disponibles, en 2013 el consumo alimentario en hogares de carne de vacuno fresca ha sido un 3,8% inferior.