Luis Garicano y Francisco de la Torre, los dos hombres a los que Albert Rivera ha fiado la credibilidad económica de su candidatura a la presidencia del Gobierno, no recordarán el 21 de octubre de 2015 como el día más sencillo ni feliz de su existencia. Aunque puede que pasados los años ni siquiera se acuerden de cuando tuvieron que emitir un comunicado a primerísima hora de la mañana e improvisar una rueda de prensa, supuestamente de valoración de los últimos Presupuestos del Gobierno Rajoy, para aclarar si el partido naranja propone o no copagos en sanidad y educación, tal y como afirmaba a dos columnas la portada del diario El País.
En una comparecencia casi monográfica, en la que Garicano ha llevado la voz cantante, ambos han tratado de alejar el espectro de la palabra maldita, copago, en particular en lo referido a la prestación de servicios sanitarios. El profesor de la London School of Economics fijaba postura: "Se hace un catálogo de servicios básicos, con respecto a Sanidad y a Educación, que tiene que ser ambicioso. Todos los españoles tendrán derecho a ellos y se pagarán con un fondo de cohesión con cargo a los Presupuestos. Es decir: la garantía del catálogo de servicios tiene que consistir en un cálculo de su coste y una transferencia con este fondo a todas las comunidades autónomas".
A partir de ahí ,empezaban los matices: "Creemos, si no la autonomía estaría vacía, que las CCAA tienen que tener derecho a incrementar en las prestaciones que quieran sus servicios, por encima de este catálogo que se implanta a nivel nacional. Y que tiene que ser corresponsables financieramente de estos otros servicios".
Llegaba entonces la explicación clave sobre los mecanismos de esa financiación: "Son impuestos, tasas, son precios públicos, existen muchos mecanismos. La posición de Ciudadanos es muy clara: creemos que la forma de financiar este catálogo de servicios debe ser los impuestos. Ciudadanos no cree en un modelo de copago. No es la forma de financiación los servicios, porque no ayuda a preservar la igualdad de los ciudadanos, porque obligará a personas con pocos medios a pagar lo mismo que otros que tiene más".
En palabras de De La Torre, las CCAA que quieran mejorar su cartera de servicios sanitarios lo tendrán que hacer con el esfuerzo de su ciudadanos. "Lo que no puede ser, como está ocurriendo hasta ahora, es que sistemáticamente se incurra en déficit y el Estado lo financie a tipo cero vía Fondo de Liquidez Autonómica, de tal manera que se imposible finalmente cuadrar las cuentas. Esto al cabo de unos años acaba llevando a recortes indiscriminados, como ha ocurrido entre 2010 y 2013", ha insistido.
Preguntados en dos ocasiones acerca de qué servicios incluiría el catálogo que propondrá Ciudadanos, Garicano sólo precisaba que ninguno de los que actualmente ofrece la Seguridad Social sobra.
El lío del copago
Como vemos, todo este lío del copago tiene que ver con el nuevo modelo de financiación autonómica que plantea Ciudadanos. Los responsables del partido naranja creen que hay que acabar con el actual sistema, que premia la "irresponsabilidad" de los gobiernos regionales, que pueden prometer todo tipo de servicios, porque el coste de pagar esos servicios (y recaudar los impuestos al efecto) recae sobre todo en el Estado.
Aseguran que su objetivo no es "centralizar o descentralizar, sino aclarar" qué hace cada administración. Su idea es simplificar el actual sistema, eliminando los varios fondos que ahora mismo determinan la financiación autonómica y dejando un único fondo, ése que han denominado de cohesión, que garantice unos ingresos a cada región para pagar esa cartera de productos básicos que plantean. Luego, los extras que se los financie cada uno como mejor estime.
Eso sí, queda abierta la pregunta fundamental: ¿Qué contendrá ese catálogo de servicios comunes? Ahora mismo ya existen copagos y tasas en infinidad de servicios públicos, y algunos de los servicios sanitarios cubiertos también cambian de región a región.
¿Qué modelo de los 17 vigentes escogerá Ciudadanos? Este miércoles no se han querido pillar los dedos con este tema. La respuesta ha sido que tiene que haber un gran pacto nacional, en el que todos los grandes partidos y las regiones se pongan de acuerdo en qué se financia de forma central y qué queda a la decisión de cada autonomía. Garicano ha dicho que hay que ser "ambicioso" en sanidad y educación, insinuando que todo lo que ahora se considera básico (desde luego la educación obligatoria y los servicios sanitarios convencionales) quedarían dentro de este paquete y financiados al 100% vía impuestos.
Eso dejaría poco margen de maniobra a las autonomías. Sólo en servicios extra (o en temas que no sean sanidad o educación) las comunidades autónomas deberían decidir si los ofrecen o no y cómo pagarlos. Como apuntamos, Garicano y Latorre creen que lo mejor sería que estos servicios extra se pagaran vía impuestos, aunque dejan la posibilidad de que una región pueda establecer una tasa, copago o precio público (por cierto, las tres cosas son casi lo mismo) si lo estima oportuno su Gobierno.