Los "hombres de negro" del Banco Central Europeo han hecho su última visita del año a Madrid. Aunque su informe no es del todo favorable, lo cierto es que los técnicos del organismo que preside Mario Draghi sí han dado una opinión muy positiva de la evolución de la economía española en los últimos tiempos.
El informe subraya, para empezar, que "la recuperación económica se ha fortalecido en 2015, con una tasa de crecimiento por encima de la media europea. El crédito ha vuelto a fluir, la confianza va en aumento; el precio del petróleo ha bajado, las ganancias de competitividad permiten sostener el aumento de las exportaciones...".
El BCE aplaude la "fuerte creación de empleo que hay en España gracias a las reformas laborales aprobadas en 2012". Además, recuerda que que "el desapalancamiento privado sigue avanzando" y que "la deuda pública ha tocado techo, paso previo para su reducción". El informe también destaca que "hay progresos en la estabilización bancaria, principalmente por tres motivos: mejora la calidad de los activos de las entidades, aumenta la ratio de solvencia y sube la liquidez del sistema". Para el Banco Central Europeo, "la caída de la morosidad es digna de mención"; además el proceso de reestructuración de entidades que recibieron ayudas públicas también va por buen camino.
El documento destaca que se han tomado medidas para reducir el gasto sanitario, favorecer la financiación no bancaria, agilizar el funcionamiento de la Justicia o desligar del IPC los precios de los contratos y servicios ofrecidos por las Administraciones Públicas. El BCE también señala el avance de ciertas reformas administrativas y aplaude el mayor grado de apertura observado en el marco regulatorio de las infraestructuras de transporte.
Las advertencias de Draghi
"Las autoridades españolas deben hacer un esfuerzo para completar reformas profundas que son muy necesarias, como la de fomento de la unidad de mercado. También son necesarias más medidas para acabar con la dualidad en el mercado laboral, con ánimo de aumentar la productividad y de mejorar las condiciones de los trabajadores", apunta el BCE.
Otras tareas pendientes pasan por reducir el déficit público, impulsar la liberalización de profesiones cerradas a la competencia, ayudar a la reducción de la deuda privada y culminar satisfactoriamente la reordenación bancaria, "con procesos de privatización que aseguren la solidez a largo plazo del sector financiero".