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La conversión de Tsipras: "El sector público es el gran enfermo de Grecia"

El primer ministro griego se compromete a cumplir cuanto antes todas las exigencias de la troika para dejar atrás la crisis y el rescate.

El primer ministro griego se compromete a cumplir cuanto antes todas las exigencias de la troika para dejar atrás la crisis y el rescate.

Por el momento, se está cumpliendo el guión. Tras aceptar las condiciones del tercer rescate para evitar la quiebra y la consiguiente salida del euro, el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, y su partido, Syriza, se han convertido en los brazos ejecutores de la tan odiada troika (Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo). De ahí, precisamente, que su victoria en las pasadas elecciones generales fuera acogida con los brazos abiertos por los inversores, en general, y los acreedores de Atenas, en particular.

Dicho y hecho. Una de las primeras decisiones de Tsipras ha sido aprobar un nuevo paquete de ajustes fiscales que, entre otras medidas, incluye más recortes en las pensiones públicas y la eliminación de subsidios, así como nuevas subidas fiscales, sobre todo, en materia de IVA. Sin embargo, esto sólo es el comienzo. El tercer rescate heleno incluye profundas reformas estructurales y drásticos ajustes presupuestarios para mejorar la competitividad de la anquilosada economía helena y garantizar la solvencia del país.

Estas exigencias han provocado un drástico cambio en el discurso de Tsipras. La siguiente frase resume, quizás mejor que ninguna otra, la particular conversión política que ha protagonizado el líder de Syriza en los últimos tres meses: "Todo el mundo sabe que la Administración Pública es el gran enfermo [de Grecia]".

Estas relevantes palabras fueron pronunciadas por Tsipras en el Parlamento griego el pasado lunes. Además, el primer ministro prometió durante su intervención que bajaría el IVA a los colegios privados, lo cual también resulta muy significativo, ya que ello implicará subir otros impuestos o recortar otros gastos para compensar la menor recaudación.

Ese mismo día, el presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, afirmaba lo siguiente a través de su cuenta oficial en Twitter: "Tiempos difíciles para Grecia, pero desde el acuerdo [de rescate] de este verano los esfuerzos de implementación del Gobierno son fuertes". El respaldo a Tsipras por parte del Eurogrupo no puede ser más explícito.

Durante su presentación al Parlamento heleno de los objetivos de su segundo mandato, Tsipras reconoció que Grecia afronta un periodo "difícil", aunque también "prometedor", en el que su Gobierno no solo deberá aplicar el acuerdo para sacar el país de la "supervisión, sino también cambiar las cosas para volver al crecimiento". Una de las claves de su discurso es que Tsipras se comprometió a aplicar sin retrasos las medidas acordadas con los acreedores, con el fin de concluir cuanto antes la primera evaluación de las reformas.

Esta intención contrasta con la deriva aplicada en su primer mandato, suspendiendo de facto el segundo rescate y revirtiendo parte de los ajustes y reformas acometidos hasta el momento, pero también con la actuación de sus predecesores en el cargo. Y es que, los gobiernos del hoy casi extinto Pasok y de Nueva Democracia se caracterizaron por retrasar o, directamente, no aplicar muchas de las condiciones que la troika impuso al país desde que solicitó el primer rescate.

El objetivo de Tsipras es hacer cuanto antes los deberes para, de este modo, obtener los fondos necesarios para recapitalizar a la banca y poder abrir el debate sobre la reestructuración de la deuda. "Conseguir estos dos objetivos es una condición para poder volver al crecimiento", dijo el líder izquierdista, quien añadió que, "si todo va bien", Grecia volverá al registrar cifras positivas en el primer semestre de 2016.

Hacer los deberes para no necesitar más rescates

El cambio es obvio: de rechazar las exigencias de la troika de forma unilateral, blandiendo como amenaza la salida del euro para lograr un rescate permanente e incondicional; a aplicar cuanto antes las reformas y las políticas de austeridad impuestas con el fin de recuperar la solvencia y, así, prescindir del rescate internacional más pronto que tarde.

En este sentido, Tsipras anunció el pasado miércoles en el Parlamento que espera que Grecia pueda volver a los mercados a comienzos de 2017, una vez que haya recobrado la confianza de los inversores. "Nuestro objetivo prioritario es en noviembre acabar con la primera evaluación (del programa de rescate) para lograr la recapitalización de los bancos hasta finales de año y empezar la negociación sobre el alivio de la deuda", dijo Tsipras al cerrar el debate de tres días sobre el programa de Gobierno y previo a la votación de confianza a su Ejecutivo.

Por su parte, el ministro griego de Finanzas, Euclides Tsakalotos, insistió en que el objetivo más inmediato del nuevo Gobierno es terminar lo antes posible la primera evaluación del programa del rescate, para abrir el camino al crecimiento económico y al desarrollo de políticas de justicia social.

Por ello, el borrador de los presupuestos del Estado para 2016 prevé un aumento de los ingresos fiscales de 2.494 millones de euros y una reducción del gasto de 1.851 millones de euros. Más de la mitad de estos nuevos ingresos (1.417 millones de euros) corresponde a los distintos aumentos en el IVA, mientras que la reducción de gastos irá a cargo del ahorro en las pensiones y en las ayudas sociales (1.268 millones de euros). El mayor recorte en un erario corresponde al del ministerio de Defensa, que en 2016 contará con cerca de 400 millones de euros de euros menos, en cumplimiento con lo acordado con los acreedores.

Syriza mantiene, pues, la senda de austeridad que viene aplicando desde que alcanzó el poder por primera vez. Prueba de ello es que, desde enero hasta agosto, Grecia ha registrado un superávit fiscal primario (descontando el pago de intereses) de 3.800 millones de euros, duplicando casi el excedente presupuestario acumulado en el mismo período del pasado año.

Según el proyecto de Presupuestos elaborado por Syriza, Grecia registrará un déficit primario del 0,24% del PIB este año que, sin embargo, se transformará en un ligero superávit primario del 0,52% en 2016, a pesar de que el PIB caerá un 2,3% este año y otro 1,3% el que viene.

Tsipras no ha abandonado del todo su tradicional discurso izquierdista, ya que insiste en que impedirá los desahucios de primera vivienda y apuesta por restablecer la negociación colectiva y el salario mínimo en Grecia, pero su programa de gobierno ya no tiene nada que ver con el ideario inicial de Syriza.

Ahora, Tsipras defiende la austeridad para mantener el equilibrio presupuestario y las reformas para atraer inversión y mejorar la competitividad del país, a diferencia de lo que propugnaba en su primer mandato y durante los últimos años de oposición.

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