Standard & Poor's (S&P) ha rebajado la calificación de la deuda y el crédito a largo plazo de Cataluña de BB a BB-, manteniéndose en grado de bono basura y con perspectiva negativa, lo que ha argumentado por la "tensión política" con el Gobierno central.
Por otro lado, la agencia de rating ha mantenido la calificación del crédito a corto plazo en B, ha informado este viernes en un comunicado.
S&P ha argumentado que la modificación a la baja refleja sus previsiones de un incremento de la tensión política entre Cataluña y el Gobierno central después de las elecciones del 27 de septiembre, y muestra el riesgo "de que la buena coordinación de los dos gobiernos para afrontar la deuda de la comunidad se vea comprometida".
La agencia ha considerado "probable" que la CUP dé su apoyo a Junts pel sí para formar gobierno, pero ha augurado que, a pesar de que la mayoría de escaños en el Parlament sean independentistas, Cataluña continuará siendo parte de España en el horizonte de 2017.
Suspende a la autonomía
"No prevemos una secesión de Cataluña", ha manifestado S&P, argumentando que el Gobierno ha expresado su intención de usar todas las herramientas legales para evitar una declaración unilateral de independencia, y ha añadido que el Ejecutivo central podría acabar suspendiendo la autonomía de Cataluña basándose en la Constitución.
La agencia considera que la falta de mayoría de votos a favor de la independencia debilita los argumentos de los partidos independentistas, y no espera una declaración unilateral, que añade que tendría un "impacto grave" en la economía catalana.
Ha añadido que el Gobierno central continuará dando apoyo financiero a Cataluña y que, "a pesar de la posibilidad de que aumenten las tensiones políticas, el Gobierno regional seguirá aceptándolo".
Sin embargo, añade que la rebaja de la calificación responde a que existe "un riesgo mayor de una ruptura de la comunicación y de la coordinación entre los dos gobiernos".
También ha afirmado que su visión de la ejecución del presupuesto de la Generalidad es "muy débil", así como su gestión financiera, y ha hecho referencia también a que Cataluña tiene una deuda muy elevada y muy poca capacidad de generar liquidez, por lo que depende del Gobierno central.
Por otra parte, la agencia ha destacado que la economía catalana es "fuerte", y ha remarcado el compromiso del Gobierno central para dar respuesta a las necesidades financieras de las regiones.
Perspectiva negativa
S&P ha señalado que la perspectiva negativa responde a que prevé que la tensión entre los dos gobiernos se incremente en los próximos meses e interfiera en los acuerdos para que el Gobierno central siga financiado a Cataluña para que ésta pueda pagar sus deudas.
Ha afirmado que una revisión de la perspectiva de negativa a estable requeriría constatar que en los próximos doce meses no se ha incrementado la tensión política y que la ejecución presupuestaria y económica de Cataluña permaneciera en línea con el escenario base de la agencia entre 2016 y 2017.