La pasada semana, el Ayuntamiento de Madrid anunciaba a bombo y platillo que las concesionarias de la limpieza revertirían sus reducciones de plantilla. La decisión fue comunicada a los medios por la alcaldesa Manuela Carmena y su concejal de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés.
A lo largo de la comparecencia, las dirigentes de Ahora Madrid insistieron en que este acuerdo con las empresas encargadas de la limpieza de la capital de España no acarrearía ningún coste para las arcas públicas.
Cuando se le preguntó a Inés Sabanés por esta cuestión, declaró que todo el ajuste correría a cargo de las sociedades adjudicatarias:
La eliminación de los ERTES y la nueva contratación corresponde a las empresas. El coste, la contratación y todo lo que supone este compromiso. Los sindicatos harán el seguimiento de estos compromisos.
¿Qué ganan las empresas? Lo que ganan es haber compartido un elemento de responsabilidad y de emergencia para recuperar los niveles de limpieza.
Lo que les hemos dicho es que su obligación es limpiar. Y como su obligación es limpiar, no lo pueden hacer con tan poco personal. Y lo han asumido. ¿Por qué han hecho esto? Porque el Ayuntamiento no les va a tolerar lo que hasta ahora les ha tolerado
El Ayuntamiento sí ha cedido
En realidad, técnicos municipales consultados por la cabecera Gente revelan que el cambio de postura de las empresas concesionarias descansa en realidad en un acuerdo bajo el cual el Ayuntamiento ha accedido a reducir las sanciones que impone a las adjudicatarias.
En la era Botella, el Ayuntamiento había aplicado distintas multas a estas compañías. En suma, hablamos de penalizaciones por más de 20 millones de euros. Sin embargo, según relata Gente, con este nuevo escenario se espera una caída de las penalizaciones decretadas desde el Palacio de Cibeles. De esta forma, el coste de readmitir a cientos de trabajadores se verá compensado con un menor volumen de sanciones.