La alcaldesa de Madrid se ha dejado llevar por el espíritu emprendedor del foro Summit Shopping, Tourism and Economy celebrado este lunes y en el que ha protagonizado una ridícula intervención en la que dijo no saber el nombre del presidente de El Corte Inglés, Dimas Gimeno. En este encuentro dedicado a las compras y al turismo, Carmena se ha vuelto a llevar los titulares, no sólo por su imperdonable despiste, sino por querer convertirse en la verdadera alquimista de los negocios vinculados al turismo.
Unos pocos días después de proponer que sean los estudiantes universitarios quienes se dediquen a barrer las calles de Madrid, Carmena ha presentado dos nuevas ocurrencias. La primera de ellas es convertir el espacio central del Palacio de Cibeles en "un gran patio de Turismo" para que los visitantes queden "deslumbrados de saber lo que es Madrid".
Su otro gran proyecto turístico y de compras es convertir al Quinta de Torre Arias - una enorme quinta, con bosque de miles de árboles, jardines, huertas, arroyos, puentes y palacio de torreones almenados del siglo XVI, situado junto a la calle Alcalá de Madrid- en un "parque agrícola" donde se implanten "comercios originales". Manuela Carmena estuvo allí hace unos días y hoy ha anunciado que dentro de un año se abrirá al público como un parque agrícola en el que también habrá lugar para pequeños comercios originales "de los que no se pueda encontrar en ningún otro sitio del mundo".
La tesis de Carmena pasa porque cree "que lo que le pasa a Madrid es que no conocemos Madrid y, si no lo conocemos, no podemos ser espejo de sus virtudes a los demás". Además -seguía su argumento- para Carmena, el éxito de las compras es que sean originales y que los turistas gastan poco en Madrid porque "lo que se expone es lo que exponen los demás y no se está orgulloso de lo que se tiene".
Por estos motivos, Manuela Carmena defiende que las Oficinas Municipales de Turismo sean "un espejo" donde no sólo ofrezcan al turista la información tradicional, sino también sobre deportes, artesanía y productos "desde el más refinado hasta el más estándar". Así, defiende el efecto sorpresa como estrategia y descubrir la diversidad de la oferta madrileña de cultura y comercio.
La regidora también ha recordado que son fundamentalmente las mujeres las que compran y echa en falta una reflexión sobre la capacidad de las mujeres en "amplificar" y de ser "caja de resonancia" hacia más público potencial, lo que les sorprende.
También ha aludido a la capacidad de los niños en la experiencia de compra, ya que son un elemento fundamental para elegir regalos. En ese punto, ha recordado que cuando era pequeña ella y sus hermanos se quedaban fascinados con los regalos originales que le traía su padre del extranjero, obsequios que no podía encontrar en Madrid. "Busquemos lo que nos hace diferentes", a sugerido.
Por otro lado, la alcaldesa de Madrid ha pedido a las grandes empresas que colaboren con el Ayuntamiento para recuperar antiguos edificios comerciales como el de la Feria del Campo, que ahora están "destrozados". "Madrid está lleno de tesoros, pero están abandonados", ha dicho.
Carmena ha recalcado que Madrid hace "una clara apuesta por el turismo y el comercio; porque no sólo es el negocio, sino la cultura". "Qué hubiera sido de la historia sin el comercio", ha exclamado. Así, ha destacado los elementos de comunicación inherentes al comercio, especialmente en esta sociedad "tan compleja y líquida". El comercio es un activo que hay que revalorizar constantemente. Esta actividad humilde de exponer lo que uno tiene ha sido la raíz de multitud de inputs económicos", ha señalado Carmena, que ha recordado que sus padres eran comerciantes y que en su pequeño comercio de la Gran Vía aprendió a "amar y respetar" el comercio y valores como la humanidad y la comunicación.