Manuela Carmena cambia los criterios de contratación de los servicios públicos establecidos por Ana Botella. El Gobierno municipal ha firmado esta semana la modificación del Decreto con fecha del 26 de abril de 2012 sobre la contención del gasto en sus contrataciones.
Y es que, a partir de ahora, el coste no va a ser un factor determinante cuando se realice una adjudicación. Con normativa anterior, el precio más bajo determinaba el 65% del total de la puntuación a la hora de firmar contratos. Cuando Botella llegó a la alcaldía estableció este criterio con el objetivo de reducir la desorbitada deuda de la ciudad.
"El valor no es el precio sino la calidad. La propuesta económicamente más ventajosa no tiene por qué identificarse con la del precio más bajo", señaló el concejal de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato.
Pero cuando el consistorio habla de calidad, no se refiere a la calidad del servicio. Según ha explicado, a partir de ahora van a valorar en los contratos públicos conceptos como la calidad de las condiciones laborales, la inserción sociolaboral, la diversidad funcional, así como las políticas de género, medioambientales y de comercio justo "por encima del precio". De tal calibre será la importancia de estos conceptos, que aumentarán su peso hasta el 75%, salvo para los contratos de prestaciones de carácter sanitario o social donde se prima la calidad.
"El propósito es evitar, como venía ocurriendo hasta ahora, que la mayor ponderación del criterio precio, entre los tenidos en cuenta para adjudicar los contratos, incida negativamente en el mercado laboral, destruyendo empleo y empeorando las condiciones de los trabajadores", ha incidido. Por eso han resuelto "dejar sin efecto la obligatoriedad de que el precio más bajo determine la elección de la empresa que prestará los servicios públicos cuando haya más de un criterio de valoración".