El escándalo de los gases contaminantes de Volkswagen en EEUU le va a salir muy caro al gigante alemán, el mayor fabricante de coches del mundo. La marca ha perdido casi un tercio de su valor en Bolsa debido al desplome sufrido el lunes y el martes, tras descubrirse que había manipulado las emisiones contaminantes de sus coches diésel vendidos en EEUU desde hace seis años.
Por el momento, Volkswagen ya ha anunciado que dejará de vender automóviles con motor diésel TDI de cuatro cilindro en EEUU, tanto nuevos como usados. Algunos modelos que incluyen este motor son, por ejemplo, el Golf, Jetta, Passat o Beetle de VW y el Audi A3. Además, tendrá que revisar los cerca de 480.000 vehículos vendidos en EEUU desde 2009 que, en principio, fueron manipulados mediante un sofisticado software para superar los límites de emisión fijados por las autoridades estadounidenses.
La multa en EEUU podría ascender a 18.000 millones de dólares (16.000 millones de euros), además del daño incalculable para su imagen. Volkswagen se enfrenta a una posible multa por fraude a la administración estadounidense de 37.500 dólares por vehículo, la reparación de los 480.000 vehículos vendidos bajo esas especificaciones desde 2009, así como posibles demandas de los consumidores y el consiguiente aumento de los costes para la compañía.
De este modo, la firma alemana pagará el gas contaminante emitido en EEUU (NOx u óxido de nitrógeno) a precio de oro. En concreto, los expertos en medio ambiente consultados por The Guardian calculan que los vehículos bajo sospecha podrían haber arrojado a la atmósfera entre 10.400 y 41.600 toneladas de gases tóxicos al año, frente a las 1.039 toneladas de NOx al año que marcan los estándares medioambientales de Washington.
Es decir, los coches afectados habrían emitido entre un mínimo de 62.000 y un máximo de 250.000 toneladas de gas contaminante desde 2009. De imponerse la sanción máxima, Volkswagen pagaría, por tanto, entre 290.000 y 72.000 dólares por cada tonelada de gas lanzado por sus vehículos durante este período -el kilo de oro cotiza por encima de los 33.000 dólares-.
Como una central térmica
Las 41.000 toneladas de gas al año que, como máximo, se podrían endosar a Volkswagen casi equivale a las emisiones de NOx que lanza a la atmósfera la central térmica más grande y contaminante de Europa occidental, la planta de Drax, en Reino Unido, con cerca de 39.000 toneladas anuales.
No todas las emisiones de NOx, que incluyen dióxido de nitrógeno (NO2) y óxido de nitrógeno (NO)- son peligrosas para la salud y el medio ambiente, ya que el riesgo se concentra en el tóxico NO2. El NOx es un químico de los gases de escape de los automóviles que se genera cuando la temperatura dentro del motor de combustión de un vehículo excede los 1.370 grados centígrados. Este gas contribuye a la formación de smog (niebla contaminante) en las grandes ciudades.