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¿Por qué los refugiados prefieren pedir asilo en el norte de Europa?

Alemania es el país preferido para pedir asilo. Las ayudas, la facilidad para lograr la residencia y el mercado de trabajo, claves en estas cifras.

Alemania es el país preferido para pedir asilo. Las ayudas, la facilidad para lograr la residencia y el mercado de trabajo, claves en estas cifras.

"¡¡Alemania, Alemania!!", gritaba la multitud. De todas las imágenes que la crisis de los refugiados sirios ha dejado en las últimas semanas, ésta es una de las más sorprendentes. Las miles de personas que se agolpaban en la frontera serbo-húngara o en la estación de Budapest no hablaban de Europa, Francia o Italia. Lo que pedían era ir al país de Angela Merkel. En algún momento pareció como si el resto de posibles destinos no existieran.

De hecho, algunos de los políticos europeos que pactaron las cuotas recordaron algo obvio: la mayoría de los países de la UE forman parte del Espacio Schengen, que garantiza la libre circulación de mercancías y personas a través de las fronteras estatales. Por lo tanto, nada impide a los refugiados, una vez lleguen al país que se les ha asignado, instalarse en el destino que prefieran.

Cualquiera puede preguntarse qué tienen las ciudades germanas que tan atractivas son para los refugiados. Al fin y al cabo, hay países más ricos en la UE y también los hay con mejores sueldos para los trabajadores de baja cualificación (aunque en esto hay que reconocer que Alemania está en el pelotón de cabeza). Sin embargo, es el destino preferido.

Y no hablamos sólo de una sensación que queda viendo las noticias. Según los datos de Eurostat, en el segundo trimestre de este año, una de cada tres solicitudes de asilo se recibieron en Alemania. Es cierto que es el país más grande de la UE, pero incluso así las cifras llaman la atención.

Las razones

Las peticiones de asilo en el conjunto de la UE se han duplicado en el último año debido al recrudecimiento del conflicto bélico en Siria y otros países de Oriente Próximo. En concreto, el número de solicitantes superó los 210.000 en el segundo trimestre frente a los 115.000 del mismo período de 2014, según los últimos datos publicados por Eurostat.

Pero éstas son cifras totales. Aún queda la duda de por qué prefieren unos países y no otros. Lo primero que hay que tener en cuenta es que los refugiados no son estúpidos ni están desinformados. Como siempre ha ocurrido a lo largo de la historia, los inmigrantes suelen informarse (a través de familiares, los pocos medios de comunicación de los que disponen o anteriores inmigrantes) antes de abandonar su país de origen. Su objetivo es conseguir una vida mejor para ellos y sus familias. Por eso, a la hora de decidir dónde instalarse hay tres variables que tienen muy en cuenta:

  • ¿Qué probabilidad hay de que me den el permiso requerido?Porcentaje de solicitudes que se aprueban y complicación de los procedimientos.
  • ¿Qué ventajas tienen los refugiados en este país? Subvenciones, ayudas para vivienda, permiso para trabajar, complementos para los primeros meses, acceso a los servicios públicos...
  • ¿Qué futuro me espera? Ésta es la pregunta más complicada de responder, pero podría decirse que es una evaluación general del entorno institucional del destino, que va desde el mercado de trabajo a la calidad de los servicios públicos, pasando por la estabilidad legal o el funcionamiento de la administración.

La combinación de estas tres variables explica, en gran medida, la predilección de los refugiados por los países del centro y el norte de Europa.

Los más 'generosos'

En la siguiente tabla, aparecen las cifras de solicitantes del derecho de asilo a lo largo del año 2014 según los datos de Eurostat. Como vemos, Alemania es el destino más buscado y también el que más peticiones acepta en términos absolutos. Pero no es el más generoso en términos relativos. Entre los países ricos que reciben más peticiones, es Suecia el que más fácilmente acepta las peticiones (un 77% de porcentaje de reconocimiento de la condición de asilado en primera instancia).

No es raro que este país se haya convertido en el segundo destino favorito de los refugiados (ver tabla, click para ampliar). De hecho, en comparación, recibe más que ningún otro estado. Con menos de 10 millones de habitantes, Suecia tuvo 39.905 peticiones de asilo, sólo por detrás de Alemania (97.275 peticiones para un país de más de 80 millones de habitantes) y Francia (68.535 peticiones y 65 millones de habitantes).

Eurostat

Las ayudas

La segunda variable que tienen muy en cuenta los refugiados tiene que ver con las ayudas que reciben nada más llegar a su destino. Ésta es la cuestión más polémica: ¿cuánto y durante cuánto tiempo el Estado paga a los recién llegados para que se integren? ¿Qué ventajas les ofrece? ¿Hay beneficios que no sean accesibles a los nacionales? Alrededor de estas preguntas están medrando los partidos populistas de media Europa.

Además, también puede apuntarse una contradicción: algunos países son muy generosos con los recién llegados en términos de ayudas, pero, al mismo tiempo, les ponen muchas trabas para trabajar de forma legal. Así se consolida una relación de dependencia que es muy peligrosa, ya que penaliza al inmigrante a medio plazo (le empuja hacia la trampa de la pobreza, en la que, para seguir recibiendo ayudas, no puede superar un determinado nivel de ingresos) y le hace objeto de las iras de sus nuevos vecinos que sienten que acudió a su país sólo en busca de esas ayudas públicas.

Los inmigrantes que solicitan la condición de refugiados en Europa tienen, en términos generales, derecho a alimentación -o dinero para sufragarlo-, así como refugio, atención médica, escolarización gratuita para sus hijos y el servicio de intérpretes y abogados garantizados. Además cuentan con una serie de ayudas y beneficios cuya amplitud y cuantía varían en función de los distintos países de la UE.

Las coberturas sociales más amplias se ofrecen, normalmente, en los estados del centro y norte de Europa, en comparación con los del sur y, sobre todo, los del este, los países más pobres de Europa. Normalmente, estos países con rentas per cápita más bajas reciben muchas menos solicitudes a las del resto de la UE. A continuación, se resumen las ayudas sociales en los países del norte, centro y sur de Europa.

Alemania:

  • Reciben comida gratis en los centros de acogida, además de 143 euros al mes para cubrir "necesidades básicas", cantidad que aumenta hasta un máximo de 216 euros al cabo de tres meses; y 92 euros extra por niño, dependiendo de su edad.
  • Después de 15 meses de residencia o una vez aprobada la solicitud de asilo, la renta básica asciende a cerca de 400 euros al mes, más los costes de alojamiento y calefacción incluidos.

Suecia:

  • Los solicitantes residen en viviendas públicas o centros de acogida, donde reciben comida y 2,6 euros al día por adulto. Si la comida no se incluye, la asignación sube a 7,6 euros al día.
  • Una vez aprobada la solicitud, entran en un programa de integración de dos años que incluye clases de sueco y orientación para conseguir empleo, además de una subvención mensual de 717 euros por adulto, aunque esta cuantía aumenta en caso de tener hijos y tener que costear la vivienda hasta cerca de 1.100 euros al mes.

Noruega:

  • Los solicitantes pueden pedir un permiso temporal de trabajo y obtener ayudas económicas para cubrir necesidades básicas.
  • Una vez aprobada la solicitud, obtienen un permiso de residencia (normalmente, de tres años de duración y renovable), permisos de viaje, alojamiento pagado por el Estado por un máximo de cinco años, así como dinero para cubrir gastos básicos durante dos años (prorrogable por un tercero). Las ayudas, en este caso, oscilan entre los 394 euros al mes con alojamiento y comida, o un máximo de 1.398 euros sin alojamiento ni comida.

Finlandia:

  • Otorga una subvención de 316 euros al mes por adulto, sin incluir comidas; con alimentación, la subvención se reduce a 93 euros al mes.
  • Los refugiados deben realizar un servicio comunitario no remunerado como paso previo hacia la integración, sin poder trabajar en otros sitios entre los tres y seis primeros meses.
  • Reciben hasta 1.000 euros de ayuda si deciden volver a su país de origen.
  • Una vez aprobada la solicitud de asilo, el Estado les ofrece una vivienda gratuita durante tres años, beneficios de asistencia social, educación, guarderías, prestaciones por hijos a cargo, clases de idiomas y ayuda para encontrar trabajo.

Dinamarca:

  • Los solicitantes de asilo pueden solicitar trabajo.
  • Una vez obtenido el permiso de trabajo, pueden optar a cobro del 50% de la prestación mensual de desempleo, obtener dinero adicional para aprobar un examen de lengua danesa. La reagrupación familiar sólo se permite a partir del primer año de residencia.
  • Dinamarca ha endurecido recientemente las condiciones de asilo y se ha encargado de anunciarlo en la prensa libanesa para advertir a los potenciales inmigrantes, ya que el Gobierno ha reducido a la mitad los beneficios sociales para los nuevos refugiados y, en caso de que los solicitantes sean rechazados, se iniciará de inmediato al procedimiento de expulsión.

Francia:

  • Asistencia sanitaria gratuita y asignación de 11,45 euros al día o 343,5 euros al mes mientras se resuelve su solicitud, sin incluir comidas.
  • Se les prohíbe trabajar durante los primeros 12 meses de estancia.

Suiza

  • La asistencia social equivale a un promedio de 1.100 euros por persona y mes y pueden trabajar desde el primer día que sean reconocidos como refugiados.

Holanda

  • Los solicitantes son atendidos en centros de acogida financiados por el Gobierno. Cada adulto recibe una paga semanal de 20 a 45 euros para comida y otros 13 euros para gastos personales. Sin embargo, en el caso de familias, las ayudas pueden ascender a un máximo de 1.600 euros al mes en caso de que el Estado no cubra ni alojamiento ni comida, según datos de Frontex recogidos por el blog Desdeelexilio.
  • A mayores, los solicitantes pueden percibir hasta 14 euros a la semana por la realización de trabajos en el propio centro de acogida, y se les permite trabajar hasta 24 semanas al año (seis meses) fuera del centro, aunque, en ese caso, una parte del salario va destinado al centro.

Bélgica:

  • Los que viven en centros de acogida reciben un subsidio semanal de 7,4 euros por adulto. Algunos también pueden llevar a cabo un trabajo remunerado en el centro y cobrar hasta 185 euros al mes. Después de seis meses, pueden solicitar un permiso de trabajo.
  • El permiso de trabajo se concede en cuanto la solicitud de asilo es aprobada. A partir de ese momento, se acepta también que viajen a Bélgica los familiares más cercanos del refugiado.

Austria:

  • Los refugiados perciben 50 euros al mes si disponen de alojamiento público, más comida o 5 euros al día para comprar alimentos.
  • En caso de vivienda privada, se les concede hasta 120 euros por persona o 240 por familia y mes para cubrir el alquiler, más 210 euros extra para alimentación y otros gastos (100 euros para los niños); 150 euros al año para ropa y 200 euros extra para material escolar.
  • Disponen de permiso de trabajo en cuanto la solicitud de asilo es aprobada.

Luxemburgo:

  • Subvención mensual de 225 euros por adulto si no cuenta con alojamiento público con pensión completa. Si las comidas están cubiertas, la asignación baja a 25 euros por adulto.
  • No pueden trabajar durante los primeros nueve meses tras la solicitud, y si el proceso tarda más tiempo en resolverse, sólo pueden trabajar bajo estrictas condiciones.

Reino Unido:

  • Los solicitantes son destinados a un alojamiento que suele ser privado, aunque sufragado por el Estado, y reciben una asignación semanal de 50 euros por adulto para cubrir necesidades básicas, incluyendo la comida; la subvención es algo mayor en caso de mujeres embarazadas y niños a cargo.
  • Normalmente, no se les permite trabajar mientras no son reconocidos como refugiados pero, una vez otorgado el asilo, cuentan con los mismos derechos y beneficios que los británicos.

Irlanda:

  • Por norma, los solicitantes de asilo suelen permanecer varios años en los centros de acogida, con una pequeña asignación de dinero en efectivo semanal, pero sin permiso para poder trabajar.
  • Tras el estallido de la presente crisis, Dublín se ha acogido al plan de la UE para facilitar la integración de los refugiados, incluyendo un curso de 20 horas semanales para aprender el idioma y la concesión de un permiso temporal para trabajar o estudiar en el país.

Grecia:

  • Los solicitantes pueden viajar libremente por todo el país, pudiendo ser alojados en centros de acogida, siempre y cuando haya espacio disponible. Pueden trabajar, pero bajo las condiciones que establece la legislación griega, con los mismos derechos y obligaciones.
  • Aprobada la solicitud de asilo, reciben un permiso de residencia de tres años.

Italia:

  • No pueden trabajar durante los primeros seis meses o hasta que se les reconozca la condición de refugiados, lo que ocurra primero.
  • El Estado paga 35 euros al día por solicitante a los centros de acogida, donde reciben comida y refugio. A mayores, los solicitantes perciben 2,5 euros al día para gastos personales y sólo algunos centros imparten clases de italiano.
  • Aprobada la solicitud, se les concede permiso de trabajo y de residencia de uno, tres o cinco años, pero sin ayudas en efectivo ni vivienda.

España:

  • Los solicitantes no pueden trabajar durante los primeros seis meses y reciben una subvención de 51,6 euros al mes por adulto y otros 19 euros por niño a cargo, además de tarjeta para transporte público y hasta 363 euros al año para ropa.
  • Pese a ello, esta asignación económica, al igual que sucede en la mayoría de países, aumenta en caso de tratarse de familias. Según recoge el BOE, el Gobierno español ofrece una subvención de hasta 800 euros al mes en caso de familia numerosa.

Portugal:

  • Sólo pueden trabajar una vez reconocido su estatus de refugiado, y las ayudas económicas varían en función de la situación individual de cada inmigrante, pudiendo solicitar una renta mínima.

Las instituciones

La tercera pata que ayuda a explicar la decisión de los refugiados (de cualquier inmigrante, en realidad) es la que se podría denominar como "institucional". Es decir, cuando una persona o familia deciden instalarse en un país extranjero uno de los elementos más importantes que tienen en cuenta es la probabilidad de salir adelante y prosperar.

No existe un único indicador que pueda servir para expresar esto. Podríamos coger los índices de buen gobierno, renta per cápita o competitividad. Pero quizás los datos sobre el mercado de trabajo sean los que mejor sirven para hacernos una idea de lo que cada país puede ofrecer a los recién llegados. La siguiente tabla muestra la tasa de paro en Europa en julio. Entre los países más ricos, Alemania, Reino Unido, Luxemburgo, Austria y Dinamarca:

Eurostat

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