El mundo crece, sí, pero menos de lo que se preveía anteriormente. La razón no es otra que la desaceleración de China y su impacto sobre las grandes economías emergentes.
La OCDE, el grupo al que pertenecen las 30 economías más ricas del mundo, rebajó ligeramente este miércoles sus perspectivas de crecimiento para la economía mundial. En concreto, dicha organización estima que el PIB global avanzará un 3% este año, una décima menos que el cálculo anterior, y un 3,6% en 2016, dos décimas menos.
En este particular cuadro de previsiones se observan dos tendencias contrapuestas. Por un lado, EEUU y la zona euro, y, por otro, China y su impacto sobre sus principales socios comerciales y las economías emergentes, muy dependientes del mercado de las materias primas.
Así, la OCDE eleva el crecimiento de EEUU al 2,4% este año, mientras que la zona euro crecerá un 1,6%, aunque rebaja en dos décimas las previsiones iniciales de cara a 2016, hasta el 2,6% y el 1,9%, respectivamente. Pese a ello, la situación de la zona euro es todavía débil si se tiene en cuenta la fuerte caída que ha registrado el precio del petróleo, el actual contexto de bajos tipos de interés y la depreciación del euro.
Por otro lado, la entidad también recorta su perspectiva sobre Japón al 0,6% de crecimiento en 2015 y al 1,2% en 2016, frente al 0,7% y el 1,4%, respectivamente, previsto con anterioridad.
La clave, sin embargo, radica en el frenazo que está experimentando el resto de grandes economías. Lo que más preocupa a los analistas es, sin duda, la ralentización de China. En este sentido, el informe avanza que, después del 7,4% en 2014, su PIB subirá un 6,7% este año (es decir una décima menos de lo previsto en junio) y un 6,5% en 2016 (dos décimas menos).
Pero no es la única. La debilidad de China, segunda potencia mundial y el mayor importador de materias primas del mundo, se traduce en menos compras al exterior, con la consiguiente ralentización del comercio mundial...
…Y una caída más intensa en los precios de las materias primas.
Como consecuencia, los principales socios comerciales de China y los grandes productores de materias primas se están viendo afectados. Como refleja el siguiente gráfico, hay dos de ellos, muy dependientes del mercado chino y de las materias primas, que están sufriendo fuertes recesiones: Rusia y Brasil.
En el caso de Brasil, los autores del informe prevén un descalabro del PIB del 2,8% en 2015, es decir, dos puntos de descenso más de lo que pensaban en junio. Además, ya no confían en una recuperación en 2016, sino en un nuevo recorte de la producción brasileña del 0,7%. El deterioro de Rusia es incluso superior, ya que su PIB se contra en estos momentos a un ritmo próximo al 5% anual.
El único que se salva de este escenario de empeoramiento entre los grandes emergentes es India, que debería mantener su expansión: el 7,2% de 2014 se repetirá en 2015 y casi exactamente en 2016 (7,3%), según las previsiones de la OCDE.
La incertidumbre de China
Sin embargo, el problema de fondo no es la evidente desaceleración que padece hoy China, sino la incertidumbre acerca de la profundidad de su crisis a corto y medio plazo. Si el frenazo del gigante asiático fuera más pronunciado y, además, estuviera acompañado de turbulencias financieras como reacción a posibles subidas de tipos de interés (especialmente en EEUU), eso podría tener repercusiones más graves sobre la economía global, y, en particular, sobre algunas potencias emergentes.
La clave es que, tal y como muestra el siguiente gráfico, un descenso acumulado de dos puntos en el crecimiento chino a lo largo de 2016 y 2017 restaría cerca de un punto al avance del PIB mundial. Es decir, el impacto global superaría los 6,2 billones de euros.
De ahí, precisamente, que la crisis china haya resucitado el temor a una nueva recesión mundial. Un informe de Bank of America publicado el martes destaca que el miedo de los grandes analistas e inversores internacionales es que la economía de China se frene en seco o se contraiga, desencadenando así una crisis de deuda en los mercados emergentes. A este respecto, cabe señalar que los economistas de Citi advirtieron recientemente de que su "escenario base" para 2016 es una recesión global liderada por China.