La mala noticia de que Brasil ha perdido el "grado de inversión" suma preocupación en su mayor socio comercial en Suramérica, Argentina, donde se espera una mayor pérdida de competitividad y caída de las exportaciones, principalmente en el sector industrial. No será el único afectado, puesto que la tormenta brasileña también afectará, en mayor o menor medida, al resto de sus principales socios comerciales en la región, como es el caso de Paraguay, Uruguay, Colombia, Perú o Chile.
El pasado miércoles la agencia de calificación Standard & Poor's rebajó la nota de la deuda brasileña al nivel BB+, considerado como de "bono basura", y Brasil perdió así el "grado de inversión" que califica a los buenos pagadores y que ostentaba desde 2008.
La rebaja no ha hecho más que ahondar la crisis que vive Brasil, cuya economía está sumida en una recesión que impacta de lleno en Argentina. "La caída de Brasil no es 'gratis' para Argentina, sino que tiene importantes costos para nuestra industria en particular. La tasa de crecimiento económico de Brasil de los próximos dos años no luce alentador; y peor aún, la pérdida del 'grado de inversión' potencia los problemas", advirtió en un informe la consultora privada Economía & Regiones.
Los analistas locales temen que el ajuste en Brasil, con una fuerte devaluación del real, redunde en una pérdida de competitividad para Argentina y en una menor demanda de sus productos por parte de Brasil, su principal mercado de exportación. De hecho, en los primeros ocho meses del año las ventas argentinas a Brasil han acumulado una caída interanual del 22,6%, mientras las compras al vecino país se contrajeron en un 11,3%.
El saldo: un déficit acumulado para Argentina de 1.488 millones de dólares que, según cálculos privados, podría cerrar este año en el borde de los 2.000 millones de dólares. El saldo negativo se explica por una combinación de un menor volumen de compra por parte de Brasil y de menores precios de venta.
"Sin embargo, también debe tenerse en cuenta el deterioro de la competitividad de las exportaciones argentinas, también agravado con las sucesivas devaluaciones del real brasileño", advirtió la consultora privada Abeceb en un reciente informe. Dado que siete de cada diez dólares que Argentina exporta a Brasil son de origen industrial, el coste de la crisis brasileña para el sector manufacturero argentino podría ser alto.
De hecho, las exportaciones más afectadas son las de automóviles y ello ya está llevando a suspensiones de trabajadores en las fábricas argentinas de partes y piezas para autos. Para Economía & Regiones, la pérdida del "grado de inversión" potencia los problemas de Brasil pues "podría desencadenar una salida masiva de dinero en efectivo de los mercados financieros brasileños impulsado una mayor devaluación y un aumento del riesgo país".
La devaluación y una menor financiación internacional reducirían los niveles de actividad y consumo en la economía brasileña. "Este ajuste de Brasil redundaría en una pérdida de competitividad y menor demanda de exportaciones argentinas, con lo cual nuestra industria enfrenta un panorama que no es auspicioso", dijo la consultora.
Para Miguel Ángel Boggiano, titular de la consultora Carta Financiera y profesor de la Maestría en Finanzas de la Universidad de San Andrés, la pérdida del "grado de inversión" podría derivar en una "catarata" de ventas de títulos de deuda brasileños, empujando "el precio del real aún más abajo".
"Simplemente nos estamos volviendo cada vez más caros para Brasil", observó el experto, que, teniendo en cuenta la evolución del real y el peso y la inflación de ambos países en el último año, calcula que, para saldar el atraso cambiario con Brasil, el tipo de cambio en Argentina debería ser hoy de 17,25 pesos por dólares, frente a la cotización oficial actual de 9,35 pesos por dólar. Según Boggiano, el tipo de cambio real en Argentina está "marcadamente atrasado", lo que se traduce en "menos ventas, menos ganancias y menos trabajo".