Cuando estalló la crisis financiera internacional, a mediados de 2007, España registraba una ocupación histórica, superior a los 20,7 millones de trabajadores. Hoy, sin embargo, dicha cifra se ha reducido hasta rozar los 17,9 millones de ocupados en el segundo trimestre de 2015, según la última Encuesta de Población Activa (EPA).
España, por tanto, ha perdido cerca de 2,8 millones de puestos de trabajo durante la crisis y, a pesar de que el mercado laboral se empezó a reactivar hace ahora dos años, España tardará en recuperar el nivel de empleo previo a la crisis.
El Servicio de Estudios de BBVA estima que, pese a la desaceleración que experimentará el crecimiento en el segundo semestre del presente año, España logrará crear un millón de puestos de trabajo entre 2015 y 2016, de modo que a finales del próximo ejercicio se registrará un nivel de empleo similar al de 2004, cuando la ocupación rozó los 18,5 millones de personas. La tasa de paro rondará entonces el 20,5% de la población activa, según las últimas estimaciones de BBVA Research.
Así pues, si se mantuviera en el tiempo el actual ritmo de crecimiento del PIB, próximo al 3% anual, España tendría que esperar hasta 2020 e incluso algún año más para recuperar todo el empleo perdido durante la crisis. Es decir, más de diez años para superar de nuevo el umbral de los 20 millones de ocupados, más del doble que el tiempo registrado durante la anterior crisis de principios de los años 90, lo cual demuestra la intensidad y profundidad de la caída.