Airbnb intenta seducir a los gobernantes de las ciudades en las que opera. La plataforma estadounidense ha ideado un sistema para contentar a los alcaldes que desconfían del fenómeno del llamado home sharing, un término para referirse al alquiler de viviendas o habitaciones a turistas a través de internet.
Desde su nacimiento, el sector hotelero le ha declarado la guerra tanto a Airbnb, como al resto de webs de alquiler de pisos a viajeros. Las acusa de "fomentar la economía sumergida y de competencia desleal" por facilitar que los particulares arrenden libremente sus viviendas a quien consideren oportuno. A pesar de las presiones de las patronales, al tratarse de un fenómeno que ha surgido al calor de la evolución de las nuevas tecnologías, los gobiernos se resisten a cargar contra él y han comenzado a preparar diferentes normativas para regular su actividad.
Pero Airbnb se ha adelantado a las leyes y le ha ofrecido a varias ciudades una solución al conflicto: pagar una tasa por cada piso que se alquile a cambio de que su actividad pase de alegal a legal. Esta idea responde a uno de los argumentos más utilizados por los detractores de las webs de home sharing que critican que los propietarios de los pisos no pagan impuestos por el arrendamiento.
En EEUU, las ciudades de San Francisco, Portland, Filadelfia, Chicago, Malibú, San José, San Diego y Washington DC ya han aceptado la propuesta y en Europa, lo han hecho Amsterdam y París. Fue ayer martes cuando la ciudad Francesa decidió abrazar a la web de alquiler de apartamentos y será a partir del próximo 1 de octubre cuando comience a recaudar por ello. Y es que Airbnb ha establecido una tasa de 0,83 euros por persona y noche en cada alquiler que se realice en París.
La propia compañía será la encargada de gestionar el cobro del impuesto y de remitírselo al consistorio. Dado que París es la urbe con más apartamentos turísticos del mundo inscritos en Airbnb (más de 50.000) la nueva tasa engordará considerablemente las arcas del Ayuntamiento de la Ciudad de la Luz.
Gracias a un decreto del Gobierno francés, las plataformas de internet como Airbnb podrán extender el modelo a otras ciudades francesas siempre y cuando se encarguen de las gestión y la recaudación de las tasas.
"Seguimos comprometidos con los responsables políticos de todo el mundo en materia de impuestos y aplaudimos a los líderes que quieren hacer normas tributarias simples, claras y justas. Esta es una empresa complicada debido a que las normas fiscales varían en casi cada jurisdicción en la que hacemos negocios, pero estamos comprometidos a ampliar este programa y esperamos trabajar con más ciudades en esta materia", ha explicado la compañía en un comunicado.