La agencia de calificación Fitch confirmó a finales del pasado marzo el rating BBB+ de la deuda de la ciudad de Madrid. El comunicado aclaró además que este grado se mantenía "con perspectiva estable", aunque también añadió que los técnicos de Fitch "van a seguir de cerca el impacto de las elecciones municipales en la gestión de la ciudad".
Fitch destacaba en su informe "los sólidos resultados" de las finanzas del consistorio, aplaudiendo que el gobierno de Ana Botella "superase completamente un periodo de inestabilidad gracias a un recorte de 500 millones de euros en gastos operativos", así como al crecimiento de la recaudación derivada de tasas e impuestos.
"El ahorro bruto mejoró hasta los 1.498 millones de euros, representando el 31% de los ingresos frente al 12,9% de 2011. Además, la ciudad utilizó el superávit de 2013 para amortizar anticipadamente deuda […], logrando una reducción de la deuda directa de 1.100 millones de euros. Esta sólida senda fiscal, unida al cumplimiento del plan de ajuste, ha permitido que el presupuesto de 2015 incluya reducciones fiscales", señalaba la agencia en referencia a las medidas aprobadas en los últimos meses de la era Botella.
"Fortaleza financiera"
Los técnicos de Fitch ensalzaban entonces la fortaleza financiera de la ciudad y se mostraban confiados en que la aplicación de las medidas de austeridad aprobadas por el anterior gobierno popular sería suficiente para asegurar que la deuda local "siga reduciéndose de forma drástica, con amortizaciones que incluso podrían ser superiores a lo previsto inicialmente.
El informe señalaba además que "se espera que la deuda haya caído a 4.200 millones de euros en 2016, lo que equivale al 100% de los ingresos corrientes de la ciudad". Apenas tres años antes, en 2013, la deuda del Ayuntamiento de la capital de España suponía el 146% de los ingresos corrientes.