El Banco Popular de China actúa para calmar a los mercados. La entidad ha reducido en medio punto porcentual el coeficiente de reserva de capital exigida a los bancos del país y ha recortado en un cuarto de punto el tipo de interés de referencia para los préstamos en respuesta a las turbulencias de la segunda mayor economía mundial.
En concreto, el banco central chino ha reducido en 25 puntos básicos el interés aplicado a los préstamos a un año, que se sitúa en el 4,6%, así como en el caso de los depósitos a un año, que pasa a ser del 1,75%.
Asimismo, el instituto emisor chino ha reducido en medio punto porcentual el encaje bancario exigido a la mayoría de los bancos del país.
La intervención del Banco Popular de China se produce después de que los mercados del gigante asiático hayan encadenado dos sesiones de fuertes caídas que han borrado las ganancias acumuladas en 2015 y sembrado la incertidumbre sobre la capacidad de crecimiento del país.
Más liquidez en el sistema
Además, el Banco Popular de China ha inyectado un total de 150.000 millones de yuanes (unos 23.400 millones de dólares, 20.300 millones de euros) en el sistema financiero del país para aumentar su liquidez.
El banco central chino explicó, en un comunicado publicado por la agencia oficial Xinhua, que la reducción de la liquidez disponible en el mercado, causada por la devaluación del yuan, ha hecho necesaria esta intervención.
El ente emisor abrió una línea de financiación a los bancos chinos a través de acuerdos de recompra inversa ("repos"), por los que se venden valores condicionados a un compromiso para recomprarlos posteriormente, con un vencimiento a siete días y un interés de un 2,5%.
Se trata de la mayor intervención del banco central chino en el sistema financiera con operaciones realizadas directamente en el mercado desde enero del año pasado, y supera a la inyección de 19.000 millones de dólares de la semana pasada, que vencía .
Por otra parte, el banco central también extendió la semana pasada otros 17.000 millones a 14 bancos a través de servicios de préstamo a medio plazo (MLF, en inglés) con un vencimiento a seis meses.
El emisor chino ha realizado múltiples inyecciones de liquidez en los últimos dos meses para garantizar la estabilidad del sistema financiero chino, en un periodo de turbulencias por la crisis de la bolsa, primero, y después por las devaluaciones del yuan de la semana pasada.
El pasado 25 de junio el banco central rompió más de dos meses de sequía e inició una serie de inyecciones para asegurar que hubiera liquidez disponible.
En las dos semanas siguientes, cuando la crisis bursátil se encontraba en su apogeo, introdujo un total de 455.000 millones de yuanes (unos 71.000 millones de dólares, 64.300 millones de euros), sumando los instrumentos a corto y a medio plazo.