Los mercados de valores del sudeste asiático permanecen con fuertes bajadas a mitad de la jornada, encabezadas por Filipinas y Vietnam, a raíz de las caídas de las bolsas de China. A media mañana, el índice general de la principal bolsa china, la de Shanghái, se desplomaba un 8,45%.
Las pérdidas eran especialmente fuertes en las empresas del sector petrolero debido a la nueva caída del crudo en los mercados internacionales, y así PetroChina perdía un 9% poco antes de la media sesión, mientras que Sinopec caía un 8,21%.
Este inicio tan negativo de la semana en las bolsas chinas se ha producido a pesar de la decisión anunciada el domingo por el Gobierno chino de permitir a los fondos de pensiones del país invertir hasta un máximo de un 30% de sus activos en bolsa.
Esta fuerte caída arrastraba al resto de mercados del sudeste asiático. En Singapur, la Bolsa de Valores de la ciudad-Estado pierde 99,81 puntos, el 3,36%, y sitúa el índice Straits Times en 2.871,20 puntos. En Malasia, el parqué bursátil de Kuala Lumpur baja 27,93 puntos, el 1,77%, y el índice KLCI queda en 1.546,74 puntos.
En Filipinas, la Bolsa de Valores de Manila resta 466,15 puntos, el 6,4%, y el indicador PSEi se sitúa en 6.812,83 puntos al inicio de la negociación. En Indonesia, la Bolsa de Valores de Yakarta cede 207,34 puntos, el 4,78%, y el índice JCI está en 4.128,61 puntos.
En Vietnam, el índice VN de la bolsa de Ciudad Ho Chi Minh (antigua Saigón) queda en 528,18 puntos tras caer 28,12 puntos o un 5,05%. En Tailandia, la Bolsa de Valores de Bangkok baja 52,54 puntos, equivalentes a un 3,85%, y el índice SET permanece en 1.313,07 puntos. En Oceanía, Australia pierde 177,60 puntos, el 3,41%, y está en 5.037,00; mientras Nueva Zelanda cae 143,75 puntos o el 2,5% y se sitúa en 5.607,44 puntos.
UBS señaló en un comentario que la volatilidad de los mercados mundiales va a continuar por un tiempo debido a las dudas sobre la economía mundial que ha hecho que los inversores dejen la renta variable en favor de bonos gubernamentales. Aún así, UBS señaló su confianza en que este mal momento pasará, comenzando en los mercados de los países desarrollados y en la estabilización de los datos macroeconómicos en China, ayudada por nuevas medidas del Gobierno de Pekín si fueran necesarias.