Cada vez más españoles eligen en sus vacaciones algún destino extranjero, algún lugar que, exótico o no, tiene además de diferencias culturales, una moneda distinta. Es cierto que ahora el euro no atraviesa por su mejor momento y otras monedas como el yuan chino han vivido tres devaluaciones en apenas una semana. Por ello es necesario conocer ciertos consejos para que a la hora de cambiar nuestra moneda nos den el mejor trato.
¿Es una divisa convertible?
Antes de nada, es fundamental -una vez que ya tenemos en mente el destino y nuestros billetes adquiridos-, hacer un estudio del país. Conocer cuál es su moneda, si la inflación es elevada o si hay mercado negro de divisas. Sobre todo es capital descubrir si la moneda del destino elegido es o no convertible. Desde que se implantó el euro se estableció que, de los más de 160 tipos de divisa diferentes, sólo 11 sean divisas convertibles. Esto es, que cumplen las condiciones básicas para poder moverse de un lugar a otro del mundo y poder cambiar ese fiduiciario en su país.
Se trata de dinero que 'vale' en todo el mundo ya que el resto de divisas sólo se pueden conseguir y utilizar dentro de cada país o, en algunos casos, en países fronterizos. Las divisas convertibles son: el euro, el dólar americano, el canadiense, el neozelandés, el australiano, el yen japonés, la libra esterlina, el franco suizo, corona sueca, corona danesa y corona noruega. Es decir, monedas fuertes que es posible convertir en una tienda de cambio o banco en cualquier lugar del mundo.
Las monedas y billetes que no son convertibles sólo se pueden utilizar para compras domésticas en ese país. Una vez que sabemos todo esto, lo fundamental a la hora de emprender nuestro viaje, es decidir cuánto dinero nos vamos a gastar y si llevamos todo en efectivo, sacamos con tarjeta y sobre todo si es así, cuánto nos cobran en comisiones.
Comisiones en nuestro banco y en el de destino
Victoria Torres experta de Self Bank explica a Libre Mercado que lo principal es "consultar en nuestro banco cuáles son las comisiones por sacar dinero en el extranjero y también cuáles son en el banco en el que voy a sacar efectivo en el país de destino". Si hay algún tipo de comisión adicional por parte del operador de tarjetas en sí y en función de todo esto y del país de destino decidir. Hay que hacer una buena planificación del dinero en efectivo que nos llevamos pero esto tiene el inconveniente de que podamos sufrir un robo o un imprevisto y nos quedásemos allí sin dinero.
Lo mejor es "llevar en el móvil programas específicos que me dicen las tablas de cambio diferenciadas y como se va moviendo y de este modo poder ver en cada país cómo está la situación y que no nos metan una comisión excesiva", explica. En resumen, es muy importante comprobar las comisiones por las tarjetas que tenemos, cuales son los bancos más importantes en el país de destino y "hablar con los emisores de la tarjeta por si tienen algún tipo de seguro por si nos roban en el extranjero", añade Torres.
Cambiar en el aeropuerto es peor, ¿mito o realidad?
Lo cierto es que cuando hacemos un viaje hay algunas cuestiones que podemos prever de antemano pero el tipo de cambio de la moneda no está dentro de estas cuestiones. Además, no hay un consejo claro entre los expertos consultados sobre si es mejor cambiar en el país origen o destino, o si hacerlo en el aeropuerto es una buena elección. "El consejo varía en función del país al que se va a viajar", pero hay una cosa que para la especialista de Self Bank está claro: "hay un mito importante en el que se considera que en el aeropuerto nos meten una comisión importante y esto no es verdad".
Aunque sea un mantra repetido en muchas ocasiones, es posible encontrar un tipo de cambio mucho más favorable en el aeropuerto que en la ciudad destino por lo que hay que estar pendiente de los tipos de cotización y sobre todo de las comisiones que cobran en unas empresas u otras.
La alternativa, ¿tarjetas prepagadas?
Otra de las opciones puede ser utilizar tarjetas prepagadas. Son tarjetas que contratamos en nuestro banco desde el origen con el saldo que consideremos vamos a gastar en nuestro viaje. El uso en el país destino será similar al de una tarjeta de débito común. Pero esto no es aceptado en todos los lugares.
"Al final estas tarjetas prepagadas tienen ciertas ventajas y es que establecemos desde el principio cuánto nos queremos gastar durante el viaje, y pero es importante saber si en el país de destino permiten estas tarjetas porque no en todos los lugares es así", explica Torres. De hecho, "en algunos países ni siquiera tendremos la posibilidad de pagar con tarjetas admitidas generalmente en otros países asique las tarjetas prepago tienen una utilización más limitada".
Por todo, lo esencial, es estudiar y comprobar la divisa y las comisiones que nos van a cobrar en el país de destino. Es fundamental acudir a nuestro banco antes del viaje y asegurarnos de que vamos a conseguir el trato más favorable a nuestras finanzas.