Las instituciones europeas (Comisión Europea, Banco Central Europeo y el Fondo de rescate de la zona euro) admiten que la deuda griega a largo plazo podría resultar insostenible si no se adoptan nuevas medidas para mitigar su elevada carga.
Uno de los documentos de trabajo que han elaborado los técnicos de las autoridades comunitarias de cara a la negociación sobre el tercer programa de rescate a Grecia incluye la posibilidad de reestructurar su deuda pública mediante un nuevo alargamiento de los plazos de amortización y el recorte de los intereses, aunque descarta la aplicación de quitas, informa The Wall Street Journal. Esta nueva reestructuración contaba, al menos hasta aora, con importantes reticencias por parte de algunos países de la zona euro.
Sin embargo, los organismos comunitarios señalan en su informe que, incluso si Atenas cumple a la perfección todas y cada una de las condiciones que establece el plan de rescate, su deuda rondará el 160% del PIB en 2022 frente al 110% previsto inicialmente por el Eurogrupo, y cuya meta es importante para lograr la participación del Fondo Monetario Internacional (FMI) en este tercer programa de asistencia.
Si Atenas tan sólo completa parcialmente el plan, su deuda rozará el 174% del PIB para entonces, mientras que, en caso de que se superen las previsiones de crecimiento y los ingresos estimados procedentes de las privatizaciones, la deuda, en todo caso, no bajaría del 148% en 2022. Como consecuencia, los técnicos comunitarios advierten de que existen "serias preocupaciones" sobre la sostenibilidad de la deuda helena a largo plazo.
En concreto, según estas estimaciones, la deuda griega superará el 200% en 2016 para, luego, bajar al 175% en 2020, el 160% en 2022 y el 122% en 2013. Este sustancial aumento de la deuda respecto a las anteriores previsiones se debe al fuerte deterioro de la economía helena, ya que el informe avanza que el PIB griego caiga un 2,3% este año y otro 1,3% adicional en 2016, poniendo en duda el pago de la deuda.
Por ello, a fin de garantizar su sostenibilidad a largo plazo, el documento sugiere que los gobiernos de la zona euro deben reestructurar la deuda helena, pero sin necesidad de recurrir a nuevas quitas. La idea consistiría en alargar los vencimientos y reducir los tipos de interés de los préstamos, en línea con la reestructuración que ya se aplicó durante el segundo plan de rescate.