La guerra civil que atraviesa Siria está teniendo un enorme coste en términos humanitarios. A esa dura factura se le suma, además, el desplome de una economía que acumula años de continuos retrocesos.
En primer lugar está la cuestión del desempleo. En el año 2010, se estimaba que el paro entre la población ocupada era del 10%. Sin embargo, en 2011 esta tasa ya se había disparado hasta el 20%, mientras que en 2012 el desempleo estaba en el 40%. La línea alcista se mantuvo en 2013, hasta llegar en 2014 al 60%.
Algo similar ha ocurrido con la inflación. Entre 2010 y 2011, el aumento de los precios aún no había sido muy pronunciado. Sin embargo, en 2012 ya se dio una subida hasta niveles del 40% que sirvió como preludio del 80% observado en 2013 y del 40% registrado el pasado año 2014.
Este fuerte deterioro de la actividad económica siria significa que el PIB del país en 2014 sea ya un 100% más bajo que el registrado cuatro años antes, en 2010. Un desplome profundo y generalizado que ha dejado a Siria en una clara situación de colapso socioeconómico.